Sabadell se acerca al final de año como el peor banco del Ibex y como uno de los valores del selectivo de mayor caída; del 39,7% al cierre del viernes (solo Mediaset presenta un resultado peor, sin contar a Dia, a punto de salir del índice). Se trata, además, de un descenso anual histórico, porque supera al que tuvo en 2008 (-34,5%) y al de 2012 (-32,6%), los dos ejercicios críticos de la última década; el primero por el inicio de la crisis y la caída de Lehman Brothers, y el segundo por la petición del rescate bancario.

El balance bursátil de 2018 de la entidad presidida por Josep Oliu –en mínimos históricos, ya por debajo del euro por acción– no dista mucho del que presenta BBVA o Bankia, cuyas pérdidas sobrepasan el 35%, o el Santander, que desciende más de un 28%. La bajada del sector europeo alcanza igualmente cerca del 30%.

En líneas generales, los bancos españoles han sufrido por factores internos (inestabilidad política, amenaza de un impuesto al sector y asunción del pago de los costes por hipoteca) y externos (mantenimiento de una política de interés al cero, problemas en los países emergentes, desafío presupuestario de Italia). Además, Sabadell han tenido que lidiar con sus propios problemas, en un año de intensa limpieza de balance.

Reino Unido ha sido una losa para la cotización, a lo que se sumó la peor nota de entre los bancos españoles que se sometieron al test de estrés de la Autoridad Bancaria Europea de principios de noviembre. “Lo que más le ha perjudicado es su exposición a Reino Unido [la más alta del sector español junto con la del Santander]”, comenta Sergio Puente, analista de XTB. “Ha tenido muchos problemas con su filial TSB, que le ha perjudicado especialmente”, añade.

La entidad ha batallado durante todos estos meses con inconvenientes informáticos en el proceso de integración de TSB. Durante varias semanas, miles de clientes tuvieron serias dificultades para operar con sus cuentas. Las consecuencias han sido múltiples: se han incrementado los costes previstos en el procedimiento, Sabadell ha tenido que realizar provisiones ante posibles reclamaciones, se ha cesado al CEO Paul Pester, la cotización se ha desplomado, y la confianza de los particulares británicos ha quedado dañada.

“La evolución de las acciones va a depender de lo que suceda con el Brexit. A pesar de lo baratas que pudieran parecer, recomendaría prudencia a la hora de entrar”, opina Sergio Puente. “A nivel técnico está muy apetecible, pero hay que esperar a ver cómo se resuelve el proceso”, apunta.
La elevada exposición a la deuda italiana ha sido otro de los grandes factores que castigaron a Sabadell. En conjunto, el sector español contaba al cierre del primer semestre con bonos soberanos por un valor superior a los 27.000 millones. En BBVA este tipo de activos suponía el 13,4% de su cartera de renta fija (7.600 millones), y en el Sabadell, el 18,22% (5.900 millones).

Las discrepancias presupuestarias entre el ejecutivo italiano y Bruselas elevaron la prima del país transalpino por encima de los 300 puntos básicos. Esta misma semana han llegado a un acuerdo y las tensiones se han relajado. RBC Capital Markets calculó que por cada 10 puntos básicos que subía la prima de riesgo italiana, Sabadell tenía un impacto de 28 millones en su capital de mayor calidad. Sin embargo, los analistas han valorado la capacidad de gestión de su importante cartera de renta fija, donde los bonos italianos se han reducido sensiblemente.

Los últimos resultados presentados a septiembre reflejan un beneficio de 247,8 millones, que se eleva hasta los 647,2 millones sin contabilizar los costes extraordinarios de TSB y las dotaciones por las ventas de carteras institucionales. En general, los expertos destacan el esfuerzo de Sabadell por sanear su balance. “Tras los fuertes cargos extraordinarios registrados en el periodo parece que lo peor en resultados podría haber pasado; vemos factible que el equipo gestor revise al alza sus perspectivas de resultados para 2019”, explican desde Bankinter. La entidad es neutral con el valor, y fija un objetivo para las acciones de 1,60 euros.

Con las previsiones actualizadas a noviembre, los analistas que siguen Sabadell estiman un precio objetivo medio de 1,53 euros, que otorga un potencial de revalorización superior al 50%. El consenso de Bloomberg muestra un 48% de analistas que aconsejan comprar, un 37% que recomienda mantener y un 14,8%, vender, porcentaje que se ha reducido desde el 26% de junio.

Un plan para crecer en negocio y en solvencia

Beneficio. El plan estratégico de Banco Sabadell contempla alcanzar un beneficio de 1.500 millones de euros en 2020, lo que supondría un incremento de más del 80% con respecto a lo registrado en 2017 (800 millones).
Reino Unido. Para la filial británica TSB, la entidad tiene como objetivo crecer en la actividad del crédito desde el 9% al 25% en tres años. La digitalización será una herramienta clave tanto para esta zona geográfica como para el resto.

Venta de activos. Entre 2018 y 2020, Sabadell ha previsto reducir sus activos problemáticos en un 40%. La tasa de morosidad se situaría por debajo del 3%.

Solvia. El banco acaba de vender el 80% de su filial inmobiliaria Solvia por 300 millones de euros a Lindorff, controlada por el fondo sueco Intrum. Sabadell conserva el 20% de la propiedad.

Dividendo. El pasado mes de octubre el consejo de administración acordó la distribución de un dividendo a cuenta de los resultados de 2018 por importe de 0,02 euros brutos por acción. Se hará efectivo el 28 de diciembre.

Fuente: El País