Ryanair registró una caída del 7% de su beneficio en su primer semestre fiscal (de marzo a septiembre) hasta los 1.200 millones de euros, debido a la subida del precio del combustible, las cancelaciones por las huelgas del personal y de los controladores y la rebaja de las tarifa media. Los resultados semestrales no incluyen el impacto de la adquisición de la austriaca Laudamotion

La aerolínea irlandesa evalúa que las tarifas medias han caído un 3% debido que hubo mayor número de cancelaciones de vuelos de tarifas más elevadas, y pronostica que las tarifas vuelvan a caer otro 2% en la segunda mitad del año fiscal.

La compañía de vuelos de bajo coste augura que con el combustible alcanzando los 85 dólares por barril, el aumento de las tasas de interés y el dólar estadounidense más fuerte, los márgenes de las aerolíneas están cayendo y «es inevitable que más de las aerolíneas europeas más débiles y sin coberturas dejen de operar este invierno», como ha sucedido en las últimas semanas con Skyworks (Suiza), VLM (Bélgica), Small Planet & Azur Air (Alemania), Cobalt (Chipre) y Primera Air (Suecia).

Nuevos recortes

En este proceso, Ryanair no descarta para este invierno más recortes de capacidad o cierres de bases si los precios del petróleo suben o las tarifas aéreas caen aún más. También advierte de los riesgos si hay un Brexit «duro» (sin acuerdo) en el que los accionistas del Reino Unido serán tratados como no pertenecientes a la UE. En ese caso, junta de accionistas «restringirá los derechos de voto de todos los accionistas no pertenecientes a la UE (y los limitará a vender acciones solo a ciudadanos de la UE) para garantizar que Ryanair siga siendo de propiedad mayoritaria y esté controlada por accionistas de la UE».

El tráfico aumentó un 6% hasta 76,6 millones de viajeros y los ingresos aumentaron un 8% hasta 4.430 millones y aunque las tarifas bajaron, los ingresos por servicios complementarios aumentaron un 27% hasta 1.300 millones de euros.

Fuente: El País