Renault parece el mayor perdedor en el escándalo que envuelve a Carlos Ghosn. El presidente y consejero delegado del fabricante de automóviles francés, detenido el lunes en Japón por presunto fraude fiscal, ha sido destituido como presidente de Nissan, socio de la alianza, que afirma que subestimaba su salario. Eso es malo para Renault, ya que la empresa japonesa tendría mayor influencia si se renegociara la desequilibrada sociedad.

El fabricante de automóviles con sede en París perdió el lunes cerca de 1.800 millones de euros, o el 10% de su valor de mercado, según el precio de cierre del viernes. Algunos inversores temen que la inminente salida de Ghosn signifique el colapso de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, que condujo él solo durante casi dos décadas.

Esa nube puede tener un lado positivo. Renault posee alrededor del 43% de Nissan, que valía 30.500 millones de euros antes de que aparecieran las noticias sobre Ghosn. Después de deducir, digamos, el 30% por el escándalo y la dificultad de desprenderse de una participación tan enorme, la parte de Renault en Nissan valdría 10.000 millones de euros.

Mientras tanto, el valor de los fondos propios del grupo automovilístico francés debería ser, en teoría, de 12.400 millones de euros, basándose en un modesto múltiplo de cinco veces los beneficios y en la previsión de Morgan Stanley para los beneficios de Renault en 2019. El total combinado es de 22.400 millones de euros. Sin embargo, la actual capitalización bursátil de Renault es tres cuartas partes de esa cifra.

Con todo, es improbable que se produzca un cambio total en las participaciones cruzadas. El consejero delegado de Nissan, Hiroto Saikawa, dijo el lunes que la asociación en general no debería verse afectada, y un mensaje similar llegó del ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire.

Incluso si eso cambiara, una venta al por mayor de la participación de Renault en Nissan podría tener un descuento mucho mayor, y dejar a Renault atrás, como un actor a pequeña escala centrado en mercados de crecimiento más lento como el francés.

Lo más probable es que Saikawa quiera renegociar los términos de una alianza que, bajo la dirección del consejero delegado de Renault, Ghosn, ha permitido que el grupo francés se supere a sí mismo. Hasta el año pasado Ghosn dirigía ambas compañías. Y la participación del 43% de Renault en el grupo japonés es mucho mayor que la participación recíproca del 15% de Nissan en el francés.

Los ingresos de la compañía gala procedentes de sus acciones niponas representarán dos quintas partes de los beneficios antes de impuestos del grupo en 2020, estima Morgan Stanley. Los ingresos por empleado y los gastos de capital por empleado de Nissan han sido consistentemente más altos que los de Renault desde 2009. Con Ghosn de salida, el socio japonés puede explotar mejor su peso económico.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días