Pagar por reservar el asiento en un vuelo era una práctica desconocida hasta hace unos años, y aunque hoy se ha convertido en habitual, en muchas ocasiones sorprende, y no para bien, la relación entre el precio y la comodidad de la butaca.

Con muchos vuelos a sus espaldas, Diego Cachero, director general de Renacen, empresa que nació en 2011 para desarrollar aplicaciones relacionadas con la seguridad, pensó que había llegado el momento de mejorar este servicio. “En uno pagué un extra por reservar un asiento junto a la salida de emergencia para tener más sitio. Pero no solo no había más espacio. Enfrente había un panel que no me dejaba ni estirar las piernas. Estaba acorralado y encima había pagado por algo que no me ofrecían”. Entonces pensó, “¿por qué no nos enseñan realmente donde está ubicado el asiento? Elegirlo sobre un dibujo no muestra la realidad”.

Fue el punto de partida para desarrollar una tecnología que permitiera mediante un sistema 3D con imágenes de 360 grados, ver el interior del avión, la posición exacta del asiento y sus dimensiones. Un software compatible tanto con ordenadores personales como con dispositivos móviles que no requiere la descarga de ninguna aplicación, sino que se integra directamente en la web de la aerolínea. Incluso para aquellos clientes que quieren “estar dentro del avión” esta interfaz ofrece la posibilidad de usar gafas de realidad virtual para conseguirlo.

En el interior

Una herramienta con la que presumen de haber ganado, junto con compañías como Airbus o Rockwell Collins, uno de los premios Crystal Cabin Award (conocidos como los Óscar de la aviación), que distinguen los mejores diseños para el interior de las aeronaves.

La empresa de Badajoz fue tomando forma a partir de la red profesional Linkedin. “Buscábamos a responsables de líneas aéreas y les remitíamos el vídeo. Pasaron varios meses sin respuesta, hasta que en 2017 contestó Emirates. Nos dijo: si venís a Dubai, hablamos. Y allí fuimos”. Tras la presentación, estuvieron un año entero de negociaciones, con momentos difíciles: “Fue como estar en una montaña rusa, con épocas de mucho movimiento y otras de silencios incómodos donde no sabíamos qué estaba pasando”, recuerda Cachero. En enero de 2018 se acabaron las dudas y firmaron el contrato con el que Emirates adquiría este software, “que personalizamos y adaptamos a cada cliente, según su flota de aviones. Es una herramienta con la que la aerolínea se ahorra muchas reclamaciones”.

Emirates, considerada como una de las mejores líneas aéreas del mundo, con unos 60 millones de pasajeros al año, tiene entre sus extras el cobro por la asignación de asiento solo en la clase económica. Los precios oscilan desde 10 a 30 euros por un asiento normal, hasta 175 por uno con espacio adicional para las piernas.

De momento, los emiratíes son su único cliente, aunque acaban de firmar un contrato con otra aerolínea de Oriente Medio y están muy cerca de hacerlo con una en España. “Estamos en contacto con más de 40 aerolíneas en todo el mundo. Desde Iberia a Air Europa o, incluso, con algunas de bajo coste, como Ryanair. De momento, solo son conversaciones”.

La facturación de Renacen en 2016 se acercaba a los 800.000 euros, con un beneficio neto de 160.000 euros. Cachero calcula que este año las ventas rondarán 1,5 millones. “El impacto del contrato con Emirates ha sido increíble”, afirma. También han crecido en número de empleados, actualmente son 21.

Con sede en el parque científico y tecnológico de Bajadoz, hoy tienen oficinas en Madrid y México. Para su expansión han contado con el apoyo del ICEX (Instituto de Comercio Exterior de España) y de Red.es, que seleccionó a la empresa para su programa Spain Tech Center con un proyecto de inmersión en Silicon Valley.

La idea de Renacen es seguir autofinanciándose y entre sus proyectos descartan por el momento buscar aplicaciones a su tecnología para diferentes medios de transporte, como trenes o barcos. “Ahora no está entre nuestras opciones. Queremos explorar en variantes de esta interfaz, pero solo para el sector de la aviación comercial”.

Fuente: El País