“Alargue su verano. Préstamo preautorizado al 7,22% TAE sin comisión de apertura hasta el 5 de noviembre”. Y, el mes siguiente: “Es el momento de cumplir sus proyectos: préstamo preautorizado hasta el 7 de enero”. Estos son solo dos ejemplos de mensajes de texto que el cliente de uno de los bancos que operan en España ha recibido en su móvil el último año, enviados por su entidad. Se trata de la promoción de los llamados préstamos preconcedidos, un producto que los bancos venden como sencillos y fáciles de obtener, hechos a medida del cliente. Pero, ¿qué ventajas y qué desventajas presentan estos préstamos? ¿En qué hay que fijarse a la hora de decidir si merece la pena caer en tentación?

Que el banco en el que el cliente ya ingresa su nómina o que ya le concedió una hipoteca tenga preparado para él cierto importe con condiciones personalizadas, puede parecerle efectivamente muy atractivo al usuario. “En Santander tenemos préstamos de este tipo para los clientes con buen perfil de riesgos, a un tipo de interés nominal (TIN) del 5,75% y comisión de apertura del 1,5%, sin ningún tipo de vinculación”, explican fuentes de la entidad que dirige Ana Botín. “El cliente puede seleccionar el importe que desea desde su móvil y amoldar el plazo, entre cuatro y ocho años”, añaden. Desde un terminal remoto el importe máximo es de 30.000 euros, aunque en oficina puede llegar hasta 60.000 euros o, en casos muy especiales, 100.000 euros. “El dinero se le abona instantáneamente en su cuenta sin ningún tipo de información adicional”, aseguran estas mismas fuentes.

Rápido, pero con comprobaciones

La principal ventaja de un préstamo preautorizado estriba precisamente en la rapidez con la que se otorgan, según Antonio Gallardo, experto en finanzas del comparador bancario iAhorro. “En la mayoría de los casos, basta con ser un cliente con un buen expediente de solvencia, tener domiciliada la nómina y poco más”, confirma la portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Ileana Izverniceanu.

Lo normal es que, antes de ofrecer el préstamo al cliente, el banco haya realizado un pequeño análisis previo, tanto para determinar su viabilidad como las condiciones. Lo que se suele tener en cuenta, relata Gallardo, es el historial crediticio con la misma entidad financiera y –aunque no siempre– la existencia eventual de impagos en registros como Asnef y Badexcug. De todas formas, el experto subraya que una vez el usuario muestre interés hacia este tipo de producto, se contrasta su situación crediticia en la Central de Información de Riesgos del Banco de España (Cirbe), una base de datos en la que figuran todos los préstamos, créditos, avales, y riesgos que las entidades financieras tienen con sus clientes.

¿En serio lo necesitas?

Antes de dar el paso y pedir el préstamo, sin embargo, la pregunta fundamental que el usuario debería hacerse es: “¿De verdad necesito ese dinero?”. Como para todos los préstamos, en el caso de los preautorizados también “conviene meditar bien la decisión y barajar todas las alternativas posibles antes de endeudarse, ya que al firmar el contrato asumimos un compromiso de pago ineludible, que permanecerá invariable durante el plazo pactado y que conlleva graves consecuencias si no se pagan las cuotas”, advierte Izverniceanu.

Si se usan sin haber fijado un objetivo determinado, además, se obtendrá un importe superfluo (o por encima de lo que se precisa), con la clara desventaja de tener que pagar intereses y comisiones por ello. “Es un caso muy similar a cuando nuestro emisor de la tarjeta de crédito nos incentiva a ingresar parte del crédito en efectivo para que no nos cobre alguna comisión puntual; el problema es que los intereses por ese dinero son altos”, subraya Gallardo.

Mira la TAE, no el TIN

Así, un elemento muy importante y que debe resultar claro antes de aceptar el préstamo, en opinión de este experto, es por qué tasa anual equivalente (TAE) se nos concede el dinero. Su porcentaje sobre el capital prestado determinará de forma exacta todos los costes (entre ellos, intereses, comisiones y productos vinculados) que el usuario deberá sufragar. Por ejemplo, aunque las condiciones varíen de un cliente a otro, BBVA aplica de media una TAE que oscila entre el 7,73% y el 9,66% en préstamos a clientes que tienen su nómina o pensión domiciliada en la entidad, por un importe desde 3.000 euros hasta 75.000 euros en un plazo que varía de dos hasta diez años.

Lo que los bancos suelen hacer, por el contrario, es “destacar de forma más llamativa el TIN”, es decir, solo el precio que cobran para prestarnos el dinero, sin los demás gastos. En el Banco Sabadell este es del 7,5% por un importe máximo de 5.000 euros a tres años, para clientes que ingresen como mínimo una nómina de 1.250 euros o una pensión de 1.000 euros. Fuentes de la entidad detallan que, en su caso, “no es posible dar un TAE en concreto ya que dependerá del cliente y el tipo de operación que firme”.

Junto con los plazos de amortización (a más plazo, más coste de financiación), la TAE es entonces “el elemento fundamental que permite la comparación entre distintas ofertas”, asegura Izverniceanu.

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Contempla las alternativas

Tanto para la OCU como para Gallardo, comparar las condiciones de estos préstamos es muy importante. “Si son ofrecidos por nuestra propia entidad, en muchos casos podemos conseguir mejores condiciones”, destaca el experto de iAhorro, aunque, en palabras de Izverniceanu, “la comodidad de este tipo de préstamos puede salir cara”, por lo que hay que tener en cuenta las posibles alternativas.

Según la portavoz de la organización, además, habrá que prestar especial atención a la posibilidad de que este producto lleve aparejado algún tipo de vinculación, por ejemplo el seguro de protección de pagos, lo que encarecería el coste del préstamo pese a ser un gasto “muchas veces innecesario”.

Para gastos concretos sin presupuesto

Aunque puedan resultar más económicos que utilizar la tarjeta de crédito para la misma cantidad de dinero, hay que ser prudentes a la hora de preguntarse si merece la pena contratar estos productos, concluye Gallardo. “A través de ellos, los bancos buscan incentivar especialmente a clientes que tienen algún proyecto de gasto, pero no disponen de ese dinero en ese momento, e incrementar la concesión de préstamos en momentos clave para el consumo, como antes del verano o de Navidad”, destaca este experto.

Al aproximarse las fiestas de finales de año, por ejemplo, CaixaBank está impulsando la comercialización de unos productos tecnológicos como smartphones o aparatos de televisión, que se pueden financiar por un TAE del 0%. “En general, el plazo de financiación va desde los 10 meses y puede llegar a los 30 meses, dependiendo del artículo”, explican fuentes de la entidad. Y desde Bankia informan que los clientes particulares que ya cuentan con préstamos preconcedidos en esta entidad son más de 2,3 millones, con un interés desde el 9%, un importe de hasta 30.000 euros y un plazo máximo de seis años. En lo que va de año Bankia ha formalizado más de 200.000 operaciones de este tipo.

Fuente: El País