Qualcomm no lo ve claro. La tecnológica estadounidense rechazó formalmente la oferta de compra que hace una semana puso sobre la mesa su rival Broadcom. No solo la considera insuficiente. La operación tiene múltiples partes en movimiento y duda que la concentración de dos gigantes vaya a superar el examen de los reguladores de la competencia en Estados Unidos y otras jurisdicciones.

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La dirección de Qualcomm tardó una semana en analizar la propuesta no solicitada de compra antes de hacer oficial su negativa. Broadcom, conocida por tener un ejecutivo al frente muy agresivo, puso para empezar el equivalente a un pago de 70 dólares por acción, con lo que valoraba la compañía en 103.000 millones. Sumándole la deuda, la operación ascendería a 130.000 millones.

El rechazo fue unánime, de acuerdo con la nota emitida por Qualcomm a media hora de la apertura de Wall Street. “La propuesta infravalora nuestra posición relativa de liderazgo en la tecnología móvil y nuestras perspectivas futuras de crecimiento”, afirma Paul Jacobs, presidente del mayor fabricante de procesadores para dispositivos inalámbricos en la industria de semiconductores.

Qualcomm libra un complejo litigio de patentes con Apple, que también es cliente principal de Broadcom. El fabricante del iPhone y de los ordenadores Mac se limitó a responder a la operación diciendo que iba a adoptar una posición constructiva, sabiendo que las ofertas hostiles de compra son muy complejas. Están también las dudas de cómo la nueva Administración de Donald Trump puede actuar.

Broadcom formalizó la oferta el 6 de noviembre, tras anunciar desde la Casa Blanca que va a restablecer su cuartel general en San Diego. Eso, en principio, ayudaría a resolver dudas de los reguladores en el ámbito de la seguridad nacional. La dirección de Qualcomm sin embargo, considera que “la incertidumbre es significativa” en cuestiones reguladoras y por eso considera que no es apropiado.

Fuente: El País