Si hay un problema que afrontan los CEO de las compañías del sector industrial e ingeniería es la gran brecha entre su demanda de personal y la oferta de mano de obra disponible en el mercado. Este desajuste se debe a la gran demanda de estos profesionales, por un lado, y por otro, a la falta de adecuación de estos para los puestos disponibles: los profesionales altamente cualificados son escasos.

Este desequilibrio no solamente viene dado por el requerimiento de alta especialización propio de estas áreas, sino que la fuga de talento al extranjero ha disminuido los candidatos disponibles para estas compañías.

Sin embargo, las empresas parecen no ser conscientes de las implicaciones de este éxodo, pues siguen ofreciendo empleos cuyas condiciones se ven rebajadas en términos de salario, beneficios y condiciones respecto a nuestros competidores globales.

El sector industrial tiene la singularidad de que la profesionalización del mercado laboral es baja. En un sistema abundante en pymes, que necesita perfiles generadores de nuevas oportunidades en un mercado creciente y dinámico, los puestos más cojos son los relacionados con la electrónica, la química y la comercialización técnica. En el caso de la energía y la reactivación de las renovables, por ejemplo, estamos ante profesionales que han sufrido un desempleo de larga duración o que se han visto obligados a trabajar en el extranjero; cosa que los recruiters de las compañías parecen no relacionar con el encarecimiento de esta mano de obra y su falta de perspectiva real. Por lo que respecta a la ingeniería, la problemática es similar. Sectores como la automatización o la robótica experimentan un desajuste entre formación y necesidades reales del mercado laboral. De nuevo, presenciamos una guerra de talento en que las opciones más recurrentes por parte de las compañías serán: o bien la apuesta por un perfil júnior con potencial de desarrollo, o bien la oferta con muy buenas condiciones y salarios que convenzan a los perfiles mejor preparados.

Para mejorar este proceso de selección, y hacer que oferta y demanda converjan de manera eficaz, solo hay un camino: profesionalizar este cometido. Dejarlo en manos de compañías expertas permite agilizar la selección y la contratación. De esta manera, saldremos ganando en una verdadera lucha por el talento, en la que ya no parece real esperar que los candidatos acepten peores condiciones, solamente por sentimientos de fidelidad corporativa.

La opción más fructífera para los directores de negocio no es otra que dar con el profesional externo en recursos humanos de mirada global sobre el mercado. Su consejo señalará el camino hacia la captación del mejor talento… Pero ¿esto lo saben las cúpulas empresariales? Profesionalicemos la captación de talento y creemos una cadena de eficiencia laboral.

Sandra Talamante / Eduardo Priego son Mánager en industria / Mánager en ingeniería, construcción y logística en Hays

Fuente: Cinco Días