Es el hombre del cambio. Debe guiar a 200.000 trabajadores por los paradigmas del nuevo universo digital. Este es el peso con el que Bill Thomas (Vancouver, Canadá, 1967) acude a la entrevista. Desde hace poco más de un año es el máximo responsable mundial de la auditora KPMG. Una compañía que ingresa al año 26.400 millones de dólares (23.400 millones de euros) y que se mueve en un mundo incierto. El auge de los movimientos de extrema derecha, la belicosa política comercial de Trump y una economía global que se debilita esbozan líneas rojas sobre los meridianos del planeta. Pero esto sucede en los aledaños de la compañía, dentro, la inteligencia artificial y el análisis masivo de datos deberían hacer de la auditoría una actividad más precisa. El prólogo a buenos números. “La división española crece a doble dígito”, avanza Bill Thomas. Palabras que arraigan en una Tierra cada vez más compleja.

Pregunta. Se reúne con regularidad con algunos de los ejecutivos más importantes del planeta. ¿Cuáles son sus mayores preocupaciones?

Respuesta. Soy muy afortunado por poder reunirme con ellos. Además elaboramos un estudio anual que encuesta a 1.300 consejeros delegados de todo el mundo. Hay tres preocupaciones que se repiten, tanto en el informe como en mis conversaciones: las transformaciones geopolíticas, los cambios en los acuerdos comerciales y la ciberseguridad.

P. En este sentido, ¿qué le preocupa más: el proteccionismo de Donald Trump o el auge de la extrema derecha en Italia o Brasil?

R. Ocupo una posición global y veo todos los días organizaciones que tienen ese mismo alcance. Creo firmemente en el libre comercio y pienso que esa libertad resulta fundamental para las organizaciones que necesitan trabajar en un escenario mundial.

P. ¿Prevé a medio plazo un paisaje donde la economía europea se debilita más rápido de lo esperado y Estados Unidos se acerca a una recesión? ¿O es demasiado exagerado?

R. La economía del Viejo Continente se mantiene en positivo. Confiamos en su fortaleza. En España estamos viendo incluso un desarrollo un poco más rápido que en el resto de la región. Tanto es así que aquí esperamos un crecimiento de doble dígito. Son unos sólidos resultados en una economía fuerte.

P. Envejecimiento de la población, cambio climático, sobrepoblación, populismos… ¿Cómo pueden afrontar las empresas problemas tan profundos que, además, suceden a la vez?

R. Hay muchos países que están enfrentando esos desafíos de forma distinta. Ahí está, por ejemplo, Japón y el envejecimiento de sus ciudadanos. Hay gente brillante, dotada de un enorme talento que está utilizando la innovación y la tecnología para resolver algunos de estos retos. Pero resulta importante contar que la manera de buscar una solución es separándolos en piezas e ir resolviendo cada uno de ellos a su debido tiempo.

P. Su estrategia global para KPMG es clara: la transformación digital de la compañía. ¿Qué supone? ¿Cómo lo va a lograr?

R. Estamos cambiando la forma en la que prestamos nuestros servicios. La estrategia es invertir 1.000 millones de dólares [880 millones de euros] para mejorar nuestros métodos e incorporar ahí la tecnología. El análisis de datos, por ejemplo, traerá consigo no solo auditorías más efectivas sino que además nos dará más información, conocimiento y, al mismo tiempo, nos permitirá efectuar un trabajo de mayor calidad.

P. ¿Cómo afecta la tecnología al desempeño del auditor?

R. Se lo comentaba antes, la tecnología nos ayudará a realizar auditorías de mejor calidad. La inteligencia artificial y el análisis de datos aportarán al auditor más información y harán posible que invierta mayor tiempo donde sea necesario el sentido crítico y la evaluación. Pero en ningún caso van a reemplazar el papel del profesional. Siempre existen situaciones en las que es necesario el criterio humano.

P. El área de fusiones y adquisiciones es una de las que más ha crecido. ¿Espera una caída del negocio por la mayor debilidad de la economía?

R. Somos afortunados porque tenemos un gran negocio de fusiones y adquisiciones [M&A, por sus siglas en inglés] en todo el mundo y en especial en España. Cuando la economía está activa y fuerte, las operaciones de M&A son una parte fundamental pero también cuando se debilita hay lugar para las reestructuraciones y las consolidaciones. En ambos ciclos ayudamos a nuestros clientes.

P. ¿En qué áreas estratégicas está invirtiendo más la empresa?

R. En tres líneas: auditoría, abogados y asesoramiento financiero y de negocio. Le explicaba que estamos invirtiendo 1.000 millones en mejorar la tecnología que utilizamos en las auditorías para asegurarnos de que tienen la mayor calidad. También invertimos en asesoramiento fiscal y consultoría. El destino son, sobre todo, aquellas áreas donde lo tecnológico resulta clave.

P. La regulación se ha intensificado en todos los sectores de la economía. La auditoría no es una excepción. ¿Cómo les ha afectado?

R. Es cierto. La regulación ha aumentado en todo el mundo en los últimos años. Y la experiencia ha ayudado a mejorar la calidad de las auditorías en aquellos lugares en los que existe una relación saludable entre el regulador, el cliente y el auditor. Convivimos con la regulación y creo que ayuda a mejorar el resultado del trabajo.

P. Las Big Four (PwC, Deloitte, EY y KPMG) controlan el 98% del índice londinense FTSE 350. ¿Está justificada esa concentración? ¿Puede ser dañina?

R. Este es un tema importante. Si piensa a escala global, en el expertise que tenemos en todo el mundo en las áreas donde se necesita un gran nivel de especialización, ya sea fiscalidad, valoraciones, forensic [detección de fraudes], o en todos los elementos que son necesarios para realizar una auditoría de calidad, existen pocas organizaciones que puedan hacerlo. Además competimos ferozmente entre nosotros por esas cuentas globales. Y en otras áreas de negocio, como auditoría o servicios de asesoramiento a empresas nacionales, nuestra competencia va más allá de las Big Four.

P. El regulador financiero alemán les ha contratado para que vigilen que el Deutsche Bank resulta más estricto respecto a sus políticas antiblanqueo de capitales y de financiación del terrorismo. ¿Hay brechas en los bancos?

R. No puedo hablar de ningún cliente específico, pero lo que sí puedo decirle es que estamos absolutamente comprometidos en ayudar en la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

P. Hablemos, entonces, de las mujeres en los grandes consejos de administración. ¿Es partidario de las cuotas? ¿De que haya obligatoriamente paridad entre hombres y mujeres? ¿En KPMG pueden romper el techo de cristal?

R. Las mejores organizaciones son aquellas en las que la diversidad y la inclusión son asumidas como parte de las mismas. En KPMG las personas traen su propia identidad al trabajo. El concepto de cuotas es un tema complejo. Creo en la meritocracia. Las personas deben conseguir sus trabajos por los méritos. Y si hay un conjunto de la población que no está bien representado debemos asegurarnos de que estamos haciendo todo lo posible por crear un equipo diverso e inclusivo.

P. ¿Qué manera tiene KPMG de retener el talento, sobre todo de las generaciones más jóvenes, que cambian rápidamente de trabajo?

R. Este es un asunto vital para nosotros. Somos uno de los mayores creadores de puestos de trabajo para millennials de todo el mundo. Estos jóvenes lo que quieren es conocer los propósitos de la organización en la que trabajan. Dicho esto, para retener a nuestros profesionales, tenemos que hablarles de quiénes somos, en qué creemos, cuál es nuestro cometido y qué resulta valioso para nosotros. Es ir más allá de contarles: esto es lo que hacemos y así es cómo lo hacemos.

P. Lleva más de 25 años en la compañía. ¿Cómo se construye una gran cultura corporativa y cómo los consejeros delegados cambian una mala?

R. En realidad todo se reduce a unos principios básicos, ser transparente, abierto, honesto y franco cuando te enfrentas a un problema. En cuanto a si una persona puede cambiar una cultura corporativa por sí sola… La verdad es que nadie, no importa el trabajo que tengas, hace nada por sí solo. Siempre es la labor de un equipo. Tengo la suerte de trabajar con 10.000 socios increíbles en todo el mundo. Juntos somos responsables de denunciar malas conductas cuando las vemos.

Fuente: El País