Nissan ya ha comenzado a convertir su planta de camiones de Ávila en una de componentes. El acuerdo al que llegó con los trabajadores el año pasado ha dado pie a que las instalaciones abulenses se integren en el polo industrial que la alianza Renault Nissan tiene en Castilla y León. Y este martes ha comenzado la construcción de una nave de 70.000 metros cuadrados que alojará la maquinaria para la construcción de componentes.

La empresa japonesa invertirá 40 millones en Ávila, a los que se suman otros 50 millones de la Junta de Castilla y León, segun han explicado tanto el presidente de la alianza en España, José Vicente de los Mozos, como el presidente regional, Juan Vicente Herrera. En total se invierte más de 90 millones de los que más de la mitad proceden del erario público.

Tras la inversión, Nissan se convertirá en la única factoría de la alianza de Nissan, Renault y Mitsubishi que haga componentes para los modelos de la marca. Fabricará 80.000 piezas al mes cuando esté lista. No obstante, como ha aclarado De los Mozos al terminar el acto, en el que también ha participado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el alcalde de Ávila, José Luis Rivas, esto no le da exclusividad, ya que tendrá que ser «competitiva» para no perder terreno frente a los proveedores externos.

Las nuevas instalaciones que han comenzado a levantarse este martes deben estar listas en 2020. No obstante, la previsión de la empresa es alcanzar los niveles de máximos de empleo, en torno a 470/480 trabajadores, en 2024.

Tanto De los Mozos, como Herrera y Sáenz de Santamaría han destacado en sus intervenciones el acuerdo entre la empresa y los trabajadores. «Los trabajadores han sabido asumir esfuerzos y sacrificios. Hoy sí podemos hablar de futuro y de compromisos», ha apuntado el presidente regional.

 

«Empresa, trabajadores y administraciones marcan esfuerzos para lograr un fin de interés general. Eso es marcarnos una visión de futuro y ser capaz cada uno de lograr lo que le corresponde. Tenemos un instrumento, ponernos de acuerdo. Con mucho esfuerzo, se ha logrado cerrar este plan», en referencia al acuerdo entre los trabajadores y la empresa.

El hecho de todas las partes hayan destacado el pacto se debe a la situación límite a la que se llegó el año pasado. El cierre se avecinaba sobre las instalaciones abulenses de fabricación de caminos si no se integraba en el polo industrial que Renault, su aliado global, tiene en Castilla y León. Pero esa integración no salía gratis a los empleados, cuyas condiciones laborales eran superiores que las del convenio de sus compañeros del polo industrial. Finalmente aceptaron a cambio de una rebaja de sueldos, en torno al 15% más una paga compensatoria, y de la conversión de estas instalaciones en una factoría de componentes, lo que le aseguraba la supervivencia.

Fuente: El País