Aragón se estremeció el miércoles. Las negociaciones del nuevo convenio de la planta de Opel en Figueruelas (Zaragoza) habían entrado en un callejón sin salida. El comité de empresa decidió suspender las conversaciones. Y el grupo PSA, el nuevo dueño de la planta, dio un golpe en la mesa: anunció con una carta a los trabajadores que no haría más inversiones en las instalaciones y que buscaría una nueva ubicación para fabricar el nuevo Corsa.
La situación llevó al Gobierno autonómico de Javier Lambán a actuar. La planta de Opel es la principal industria de la región con mucha diferencia, casi 6.000 empleos directos y unos 25.000 en la industria auxiliar. El jueves logró el compromiso de que se reabrieran las negociaciones y ayer ambas partes volvieron a la mesa, pero no tienen mucho tiempo para llegar a un acuerdo. Si el lunes no hay pacto, la decisión provisional del miércoles será definitiva, apuntan fuentes de la empresa. Y esto no es cualquier cosa: en Figueruelas se fabricaron 382.425 coches en 2017, de ellos 196.424 eran Corsas.
El objetivo de PSA, que se hizo el año pasado con Opel (la marca europea de GM hasta entonces), es ganar competitividad en la planta, o lo que es lo mismo, reducir sus costes laborales. Según sus números, los costes laborales unitarios de Figueruelas estarían un 17,2% por encima de los de las otras dos plantas del grupo en España (Vigo y Villaverde, en Madrid) y serían más altos también los de instalaciones del fabricante francés en lugares como Portugal, Eslovaquia y Marruecos, donde abrirá una planta nueva en 2019. En esta lista no se incluyen plantas francesas, cuyo estado es accionista de la empresa.
Con este fin, la parte empresarial adelantó a octubre el comienzo de las negociaciones del nuevo convenio que todavía está vigente este año. Los sindicatos exigían hablar también de cinco puntos entre los que destaca la exigencia de un plan industrial que asegure carga de trabajo para los próximos años. También reclaman la recontratación de 170 temporales o medidas de rejuvenecimiento de plantilla. Los avances no llegaron y los representantes de los trabajadores decidieron suspender —“que no romper”, subraya siempre su presidenta, Sara Martín, de UGT— las conversaciones.
“Estamos dispuestos a negociar un convenio para ser más competitivos, pero debe haber un plan industrial que asegure la viabilidad”, apunta Agustín Martín, responsable de Industria de CC OO, que sigue muy de cerca las negociaciones.
Las dificultades laborales en Figueruelas se veían venir cuando PSA adquirió Opel. La planta era muy competitiva en la red alemana de GM, que, como recuerdan en el grupo francés perdía dinero. Pero su competitividad baja cuando se integra en la red de producción PSA que dirige el portugués Carlos Tavares. “Nada más hay que ver los convenios, las tablas salariales, las pausas…”, admite un sindicalista que conoce los textos.
Desde las partes implicadas, la vuelta a las negociaciones de ayer se veía con cierto “optimismo”. “La voluntad de Opel es del 500% o más y entiendo que es la de todas las partes”, apuntaba Antonio Cobo, director general de Opel España, tras verse con Lambán. “No va a ser por falta de voluntad”, señaló la sindicalista Martín.
Si finalmente hay acuerdo y el escenario se despeja, Aragón respirará aliviado. Así lo admite David Romeral, gerente del cluster de la industria auxiliar del automóvil de Aragón, quien da números para señalar qué supone el Corsa para ellos: la facturación de este sector con la factoría de Opel Figueruelas llega a 4.000 millones al año, un tercio de todos sus ingresos, y el Corsa supone la mitad de la producción de la planta.
Dependencia menguante
Cuando Figueruelas estornuda, Aragón tiembla. Pero algo de eso tiene que ver con el pasado, la planta se inauguró en 1981. Hace años era casi un monocultivo industrial y de ella dependían buena parte de las exportaciones. En los últimos 15 años, la economía aragonesa se ha diversificado, aunque Opel sigue teniendo gran peso (unas 1.200 empresas están vinculadas a ella comercialmente). La mano de obra directa supone el 5% del empleo, apuntan en Ibercaja. El peso en el PIB es algo más. El automóvil supone un tercio de las exportaciones (4.000 de 12.000 millones), pero ahí incluye las de la industria auxiliar.
Fuente: El País