Moody’s ha mantenido sin cambios la calificación de la deuda de El Corte Inglés, después de que la compañía anunciara la colocación de una emisión de bonos senior por 90 millones de euros, con vencimiento en 2024. Esta emisión supone ampliar otra anterior, llevada a cabo en octubre, por 600 millones de euros. La calificación se mantiene invariable en Ba1.

Más positivo es para la agencia el anuncio llevado a cabo por la empresa de que estudia opciones para desinvertir en inmuebles. El grupo de distribución encargará un estudio a PwC para analizar las posibilidades de venta de activos, a partir de 2019. Según Moody’s, «la intención de desinvertir en torno a 130 activos inmobiliarios que incluye terrenos, oficinas, plataformas logísticas y establecimientos comerciales» por un valor de entre 1.500 y 2.000 millones y utlizarlo para reducir deuda es «positiva para el crédito». 

Obviamente, el efecto en la calificación dependerá en gran medida de si la empresa «llega a acuerdos de venta y arrendamiento, en qué términos y en qué condiciones».

Según los analistas, la calificación de El Corte Inglés (Ba1) se basa en cinco pilares , con un riesgo. El primero, su posición líder en muchos de los segmentos de mercado en los que opera. El segundo, la fortaleza de su marca y el elevado interés de terceras marcas para operar tiendas dentro de los establecimientos de El Corte Inglés. En tercer lugar, cita su cartera de activos, y su «éxito probado en la monetización de activos». En cuarto lugar, las favorables condiciones macroeconómicas de España. Por último, las «buenas perspectivas de desapalancamiento» y el compromiso del nuevo equipo gestor de adoptar un enfoque financiero más conservador que en el pasado.

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Entre los riesgo, la agencia cita también cinco. Como primero, la enorme concentración en el mercado nacional, la naturaleza cíclica de su modelo de negocio, los bajos márgenes de rentabilidad, la histórica «debilidad del gobierno corporativo» en su modelo de gestión y la amenaza de la competencia online, por parte de distribuidores nativos de internet. 

Fuente: Cinco Días