Está in the money: a Mike Coupe (Watford, Reino Unido, 1960), consejero delegado de la cadena de supermercados Sainsbury’s, le ha tocado la lotería con la compra de su rival Asda, filial de la estadounidense Walmart. Es una posibilidad aún, pues el regulador de competencia británico tiene que dar el visto bueno a la operación, pero esta podría producir un rendimiento de dos dígitos.

La referencia al money no es retórica periodística: El Daily Mail publicó el lunes unas imágenes de ITV News previas a una entrevista, en las que Coupe cantaba We’re in the money, un popular tema musical en el que se celebra el final de la Gran Depresión.

El ejecutivo ha pedido disculpas a los que lo han considerado una frivolidad, entre ellos los sindicatos, y aduce que solo era una forma de tranquilizarse antes de la emisión. Lo cierto es que se le ve más inquieto que eufórico.

Su afición a la música se extiende a su pasión por la guitarra, de la que se considera un intérprete del montón, aunque sus amigos dicen que tiene talento. Esa humildad, sea sincera o no, esconde su determinación para conseguir lo que quiere de la gente, eso sí, sin humillarles, contaba gente de la empresa a The Guardian hace unos años.

Le gustan también la fotografía y el ciclismo (ha ido dos veces en bici de Londres a París en eventos de caridad). Eso sí, también le encanta volar en avión privado, según el diario financiero City A.M.

Coupe se considera un chico de campo. Su madre era ama de casa y su padre, inventor y científico, y dueño de un negocio de venta de equipos médicos. Quizás por eso Mike se licenció en Físicas, aunque acabara dedicándose al mundo empresarial.

Ocupó varios puestos en cadenas británicas de distribución alimentaria, incluidas Unilever (llevando la margarina Flora), Tesco (en hogar), Dales Discount, Iceland y la propia Asda, en la que lanzó el negocio online, ya en 1999, y la estrategia de bajos precios constantes.

En 2004 entró en el departamento comercial de Sainsbury’s, donde desarrolló su carrera hasta ser jefe de la división, puesto que ocupaba al ser nombrado CEO en 2014. Se le considera artífice del éxito de la cadena en comercio electrónico y de crear la campaña Brand Match: devolvían la diferencia si el producto era más barato en la competencia.

Ocupa el puesto de consejero delegado de Sainsbury’s desde que el anterior máximo ejecutivo, el más extrovertido Justin King, lo nombró su sucesor. Ambos ya habían trabajado juntos antes… en Asda, con Coupe por encima de King, eso sí.

Ahora ambas compañías, la segunda y la tercera por cuota de mercado, estarán bajo el mismo mando, si culmina la compra de Asda por 7.300 millones de libras (8.300 millones de euros). La operación permitirá a Sainsbury’s desafiar al líder del sector en Reino Unido, Tesco.

El acuerdo generará un considerable ahorro de costes. Coupe estima que la fusión podrá suponer 570 millones de euros de ebitda adicionales al año, gracias a su mayor fuerza de negociación con los proveedores.

El retorno de la inversión puede llegar al 12%, según Reuters; las acciones de Sainsbury’s han subido el mismo porcentaje tras el anuncio.

La fortuna de Coupe, que el año pasado poseía más de un millón de acciones de su empresa, ha crecido por tanto unos 400.000 euros en una semana (y asciende a más de cuatro millones en total, solo considerando las acciones). Con todo, al menos antes de ser CEO, se movía en tren, o en el Fiat 500 de sus hijas. Lleva dos décadas y media casado con Jill Parkinson, con la que tiene dos hijas de 25 y 22 años. Vive entre Londres y Yorkshire, y como buen británico, come fish and chips.

Pero hay obstáculos para que siga fluyendo el dinero. Coupe deberá frenar la caída de ganancias de Asda, que han bajado un 30% en tres años; y tendrá que ganarse el visto bueno de la Autoridad de Competencia y Mercados de Reino Unido, puesto que la operación coloca a Sainsbury’s y Tesco con más de la mitad del mercado alimentario del país.

Varios parlamentarios británicos han mostrado su preocupación por las repercusiones para los proveedores, los consumidores (aunque las empresas pueden sostener que los precios bajarán por el ahorro de costes) y los empleados. El regulador podría obligar al nuevo grupo a vender establecimientos; pero eso dependerá de si tiene en cuenta la nueva competencia online en el sector minorista. Coupe sostiene que no van a cerrarse tiendas ni despedir a empleados.

El CEO se enfrenta a la oportunidad de conseguir lo que Walmart no ha podido hacer en dos décadas: enfrentarse a la todopoderosa Tesco. Pionero en el negocio digital, quiere convertirse en el hombre fuerte de los supermercados británicos; el hombre que cuenta el dinero de la caja.

Fuente: Cinco Días