Mario Armero dejará a finales de año su cargo como vicepresidente ejecutivo de Anfac, en el que ha permanecido los últimos ocho años. La patronal de fabricantes de vehículos ha empezado a buscar a un sustituto, ante las negociaciones que deberá afrontar el sector con el Gobierno el próximo año, en busca de ayudas de la Administración para enfocar una transición energética que puede convertirse en un quebradero de cabeza para las fábricas españolas. No está tan claro si la prórroga de su salida le permitirá presentar el plan estratégico Automoción 2020-2040 que la organización ha presentado durante los últimos meses.

La directiva de Anfac tomó ayer la decisión, que hacía meses que estaba pendiente de ejecución. Un comunicado de la entidad señalaba que ha sido Armero quien ha decidido tomar la decisión para asumir otros proyectos profesionales. Fuentes del sector, sin embargo, apuntaban hace tiempo por su salida. Algunos ejecutivos dudaban de que el actual vicepresidente ejecutivo tuviera el mejor perfil para negociar con el Gobierno socialista. Otras fuentes indicaban las diferencias existentes entre Armero y el actual presidente de la organización, José Vicente de los Mozos, también máximo responsable de Renault en España. La salida, no obstante, ha sido finalmente pactada.

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Armero ha mantenido tiras y aflojas constantes con el Gobierno de Pedro Sánchez. Aunque ha acabado manteniendo una relación cordial con la ministra de Industria, Reyes Maroto, ha tenido fuertes encontronazos con el Ejecutivo, sobre todo por la posición respecto al futuro del coche de combustión mantenida por el Ministerio para la Transición Energética que dirige Teresa Ribera, a la que criticó abiertamente por su planteamiento de acabar con la venta de vehículos de combustión a partir de 2040, lo que se veía como una amenaza paralela para la industria española.

Pese a ello, De los Mozos destacó, a través de un comunicado de prensa de Anfac, el papel de interlocutor de Armero con las administraciones, especialmente para que el sector recuperase posiciones tras el impacto de la última crisis, y su capacidad para “modernizar” la asociación.

Armero es uno de los arquitectos del plan sellado entre las diferentes organizaciones empresariales del sector y las administraciones para que la producción de las 17 plantas españolas alcanzara los tres millones de vehículos y España consolidara su posición como segundo mayor fabricante europeo. Y Anfac considera que ha sido un actor determinante para crear los planes PIVE de incentivos a coches más eficientes, relevo de los Renove, y que permitieron remontar las caídas de ventas durante la crisis, que se habían desplomado un 50% respecto a los máximos previos a la recesión.

Su último hito es haber cerrado junto al Ministerio de Industria la renovación del contrato de relevo, exclusivo ahora para la industria. Actualmente estaba trabajando con el Acuerdo Estratégico para la Automoción del Gobierno, que le valió las críticas a Maroto por haberlo presentado sin un consenso cerrado con el sector y tras considerar que los recursos comprometidos por el Estado eran inferiores a los necesarios. En el comunicado de Anfac, Armero destaca que espera que esa estrategia “sustente e impulse el futuro desarrollo de la industria de la automoción en España, en una senda hacia la movilidad que posiciones a las fábricas en el lugar que les corresponde”.

Fuente: El País