Los resultados de los exámenes de solvencia que realizó la Autoridad Bancaria Europea (EBA por su siglas en inglés), dejaron “un sabor agridulce”, como apunta Joaquín Maudos, director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y catedrático de la Universidad de Valencia. “La banca española está en mejores condiciones que la europea para afrontar un escenario adverso. Pero su nivel de solvencia de partida (está en la última posición en el ranking de la Unión Europea según el ratio de capital CET 1), la sitúa también en las últimas posiciones en ese ratio en el escenario adverso. Se entiende la recomendación del Banco de España de fortalecer el capital”.

Pero la advertencia no solo ha venido del supervisor español. El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, afirmó el 5 de noviembre pasado, que “los bancos con índices de capital por debajo del 9% en el escenario adverso”, que es el caso del BBVA, con un 8,8%, y Sabadell, con un 7,58%, “muestran una posición de capital más débil, aunque aún satisfactoria”, por lo que “deberían aumentar la solidez y mejorar las posiciones de capital para enfrentar los desafíos futuros y, por lo tanto, serán monitoreadas de cerca”.

Reducir la retribución al inversor es una medida arriesgada, según los analistas

Consultados algunos directivos del sector, coinciden en que el mensaje de Guindos para las entidades financieras afectadas —el 40% de la banca europea— ha sido que reduzcan los dividendos. En un momento de cotización a la baja, los gestores creen que es una medida muy arriesgada. María del Mar Martínez, socio sénior de banca de McKinsey, cree que el sector ha elevado el capital, “aunque por debajo de la media europea. Una reducción de dividendos podría complicar la situación, pero también mejoraría la robustez de los niveles de capital y habría que ver si eso daría más confianza y levantaría la valoración del sistema. Complicado de saber”.

Sacrificios

Maudos coincide con esta teoría: “A veces es mejor sacrificar el dividendo para fortalecer la empresa de forma que se gana a medio plazo en revalorización de la acción. Destinar una mayor parte del beneficio a reservas en lugar de a dividendos no perjudica al accionista, ya que contribuye a fortalecer el valor de la empresa”.

Pablo Fernández, profesor de Dirección Financiera del IESE, cree que la mala acogida de las acciones bancarias en Bolsa no depende solo de los dividendos. “La cotización depende de las expectativas de generación de flujos y hay varias incertidumbres: ¿Cuándo va a dejar de comprar deuda el BCE?; ¿cuántos créditos no cobrados e incobrables siguen “aparentando” ingresos en las cuentas de resultados?… El recortar los dividendos un año no afectaría mucho a la cotización si se aclarase cuándo y de dónde van a generarse flujos”.

Existen muchas incógnitas a despejar para que el sector suba en la Bolsa

Para Gonzalo Lardiés, gestor de la firma de banca privada A&G, el problema podría venir “si se fija un ratio de capital mucho más exigente a muy corto plazo. Ese entorno parece hoy lejano vistas las dinámicas de las entidades”. En opinión de Lardiés, si se trata de elevar el capital, como señaló Guindos, “se podrían recuperar el pago de dividendo en acciones, que era una práctica habitual años atrás. De todos formas, las posiciones de capital no son iguales en todas las entidades y especialmente son las de menor tamaño quienes cumplen las exigencias de forma más holgada”, advierte.

Los test de estrés, origen de esta cuestión sobre los dividendos, también dejaron otras lecturas. Los expertos destacan la capacidad de generación de capital de los bancos españoles en el escenario base “y la resiliencia en el escenario de estrés. Caixabank, Santander y BBVA se encuentran en el grupo de las 19 mejores entidades por generación de capital y comportamiento en estrés”, añade Martínez, de McKinsey. CaixaBank, que tuvo un ratio del 9,1% de capital CET 1 fully loaded (el de mayor calidad) en el escenario más estresado, es el único banco español que supera el requerimiento establecido por el Proceso de Revisión y Evaluación de Supervisión (SREP), el 8,75%, y demostró tener capital sobrante en esta prueba. El que más lejos se quedó de la media del SREP fue el Sabadell, con un 7,6% obtenido frente al 9% requerido.

Aun así, la escasa rentabilidad “por encima de los costes de capital sigue siendo un imperativo para la sostenibilidad a largo plazo del sistema. Y esto solo vendrá de una mejor generación de ingresos, de la mejora continuada de la eficiencia y de la buena gestión de los costes de riesgo”, apunta María del Mar Martínez.

No obstante, la utilidad de los test de estrés de la EBA no es admitida por todos los expertos. Fernando de la Mora, máximo responsable de Alvarez & Marsal, cree que las pruebas europeas son más flexibles que las de Estados Unidos y el Reino Unido. “La utilidad de estas pruebas es casi nula. Forman parte de las actividades consistentes en comprar crecepelo a un calvo”, resume el profesor del IESE.

Fuente: El País