Llenar el tanque de gasolina va a salir más caro. Tras un periodo de dudas sobre la habilidad de la OPEP para inflar los precios del petróleo, el crudo ha emprendido una carrera alcista que le llevó la semana pasada a los 64 dólares por barril, más del doble del suelo de los 29 dólares en los que andaba en enero de 2016. La factura energética promete hacerse más abultada estas Navidades.

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Los efectos de esta subida ya se han notado. El litro de gasolina continuó la semana pasada con las subidas al remontar un 1,1%, hasta los 1,22 euros. El gasóleo, por su parte, rebotó un 0,9%, hasta los 1,12 euros, según el Boletín Petrolero que la UE publica todas las semanas. Los vaivenes del petróleo, sin embargo, no se reflejan en su totalidad en el precio de la gasolina, ya que el crudo representa menos del 40% del precio final que se paga en la gasolinera. Así se explica, por ejemplo, que a principios de 2016, cuando el barril de brent se cambiaba en los mercados por debajo de los 30 euros, el litro de gasolina costara 1,17, tan solo unos céntimos menos que ahora. Si se compara con el nivel de hace un año, la gasolina es ahora un 5% más cara.

La carrera alcista del petróleo ha despejado las dudas en torno a la política de restricción de la oferta emprendida por los principales países productores. Y llega en un momento especialmente turbulento para Arabia Saudí —responsable de uno de cada nueve barriles que se producen en el mundo—, inmersa en una purga palaciega impulsada por el príncipe heredero del trono, Mohamed Bin Salmán. La evolución de las últimas semanas ha hecho lo que hace poco parecía impensable: que muchos expertos barajen ya la idea de un petróleo a finales de año en torno a los 70 dólares, un nivel inédito desde finales de 2014.

Con los actuales precios, llenar un depósito de gasóleo de 55 litros supone para el consumidor un coste de 61,6 euros; y de 67,1 euros si es de gasolina súper de 95 octanos.

Fuente: El País