El gran tótem de 2019 volverán a ser los países emergentes y las economías en desarrollo. Sobre sus hombros recaerá la gran misión de mantener el crecimiento económico global en 2019. En un momento en el que los tantanes de ralentización económica y fin de ciclo se sienten cada vez más cerca, estos países seguirán un año más siendo el motor de la economía mundial y, si todo se mantiene en lo previsto, aguantarán mejor el tipo que las economías avanzadas, gracias, entre otros elementos, al abaratamiento del petróleo. El precio del Brent ha caído un 20% en el año.

La economía mundial crecerá un 3,7% en 2019, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), un nivel similar al registrado en los dos últimos años, aunque con una composición desigual. Si durante 2017 y 2018 las economías avanzadas han impulsado el crecimiento global, al pasar del avance del 2,34% en 2017 al 2,36% de este año, experimentarán una ralentización el próximo ejercicio hasta el 2,13% por el comportamiento de Estados Unidos y la zona euro.

Los países que más crecerán en 2019; España, en el puesto 153º

Con una inquietud sobre la ralentización económica en aumento, desde BBVA Research alertan de que las dudas sobre la marcha de global en los próximos trimestres se han incrementado.

Los efectos de la reforma fiscal impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump en la economía del país empiezan a agotarse –en 2019 su PIB crecerá un 2,5%, cuatro décimas por debajo que este año–, lo que ha llevado a la Reserva Federal a ralentizar el ritmo previsto de subidas de los tipos de interés para el próximo año.

Los países que más crecerán en 2019; España, en el puesto 153º

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Tras un 2018 en el que la institución ha elevado el precio del dinero en EE UU en cuatro ocasiones, para el próximo año solo prevé otras dos y ha rebajado la horquilla que considera una política monetaria neutral. Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ha reconocido una desaceleración en la economía europea pero mantiene sin cambios su hoja de ruta, bajo la que prevé acabar con la política de tipos ultralaxa en el segundo semestre de 2019.

Todo ello podría derivar en una ligera depreciación del dólar frente al resto de divisas al agotarse así el impulso que ha tenido este año y que ha sido el detonante del fuerte castigo experimentado por divisas emergentes como el peso argentino y la lira turca, lastrada también por el conflicto político con Washington.

Desde BBVA Research ponen el punto de mira en dos sucesos que tendrán lugar en el arranque: el diálogo entre Washington y Pekín para intentar frenar a la guerra comercial; y la consumación del Brexit.

Elementos claves para BBVA para «reducir la prolongada y elevada incertidumbre que podría descarrilar el esperado aterrizaje suave de la economía mundial».

El Parlamento británico tendrá que decidir el próximo 14 de enero si vota a favor o en contra del acuerdo de salida de la Unión Europea alcanzado con el resto de países. De ese voto dependerá que la economía británica y la de la zona euro se gripen en mayor o menor medida. Así, mientras el FMI prevé que el PIB británico vaya en aumento los próximos cinco años, el Banco de Inglaterra ha alertado de una posible contracción del 8% desde los niveles actuales hasta 2023.

Dentro de la zona euro, el motor de la economía alemana mantendrá su ritmo (1,9%), al igual que el francés (1,6%), a la espera de que se concrete el efecto de las movilizaciones de los chalecos amarillos. Más allá, Malta seguirá siendo el país de la zona euro con más crecimiento (4,6%), aunque reduce nueve décimas su ritmo; mientras Chipre (4,2%) y la República Eslovaca (4,1%), mejoran dos décimas. El conjunto de la eurozona crecerá un 1,9%.

Desde Carmignac, Xavier Hovasse, su responsable de renta variable emergente, destaca que más allá de cómo se resuelva el conflicto comercial con Estados Unidos «Pekín está tratando de apuntalar la economía con políticas anticíclicas, que seguramente surtirán efecto en 2019». Si bien, apunta que «la flexibilidad del gigante asiático es cada vez menor [su PIB se contraerá este año y lo seguirá haciendo el próximo], dado que ya no registra un superávit por cuenta corriente y esta financiación a largo plazo en forma de inversión extranjera directa ha caído drásticamente, lo que lastra la balanza de pagos del país».

La propia directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ya avisó en octubre de que, «si las actuales disputas comerciales sufren una escalada, estas podrían provocar un shock económico en un mayor número de economías emergentes y en desarrollo». A la esperar de ver cómo avanzan los acontecimientos, las economías emergentes que registrarán en 2019 un mayor incremento de su PIB son, según el FMI, Yemen y Libia, que crecerán más de un 10%. En el primero de los casos, las estimaciones del organismo internacional chocan con la realidad de uno de los países más pobres del mundo árabe, inmerso además en una crisis humanitaria que afecta a 19 millones de personas. Libia, por su parte, vive aún una situación de inestabilidad siete años después de la muerte del dictador Muamar el Gadafi.

Entre las grandes economías emergentes –BRICS, en la jerga–, India continuará su expansión por tercer año consecutivo: su PIB se elevará hasta el 7,4%; mientras que Brasil verá que su economía mejora, según las estimaciones, un punto, por las políticas de su nuevo presidente Jair Bolsonaro. La economía de Sudáfrica se duplicará y la de Rusia se elevará levemente.

España cede posiciones

La economía española se situó en 2016 en el puesto número ocho de los países avanzados tras registrar un incremento del PIB del 3,2%, según el FMI. Desde entonces, España ha ido cediendo posiciones en ese ranking y el próximo año, al igual que en 2018, se situará en el número 24 de los países avanzados (puesto 153 en la clasificación mundial), por detrás de Grecia y Suecia y por delante de Austria y Noruega.

La institución dirigida por Christine Lagarde prevé que el PIB español se eleve un 2,2% en 2019, por debajo del 2,6% que prevé el Gobierno para este año. Un nivel que el Banco de España ha reducido al 2,5% pese a constatar que la moderación de la actividad en el país ha sido «notablemente menos intensa» que en la zona euro, principalmente por la entrada en vigor de los Presupuestos de 2018, y que supusieron una rebaja del IRPF para las rentas bajas y un alza del mínimo exento.

Del milagro islandés a la volatilidad extrema de Macao

En 2016 el PIB de Islandia creció un 7,35% y el país se convirtió en el de mayor crecimiento de todas las economías avanzadas. Un puesto que ocupó solo ocho años después del estallido de una crisis económica en el país que se llevó por delante a los tres principales bancos comerciales y que hizo que su economía se contrajera en 2009 un 6,8% lastrado por el sector financiero y la grave situación en la que se sumió el país. Islandia registrará en 2019 un nada desdeñable crecimiento del 2,9% de su PIB –suma siete años consecutivos con la economía creciendo por encima del 2% anual– y situará su tasa de desempleo en el 3,3%, lejos del 7,6% que llegó a alcanzar en 2010.

La evolución de la economía de Macao en los últimos diez años bien merece dar su nombre a una montaña rusa. Esta región administrativa china conocida por ser el centro neurálgico del juego en Asia y en China –es la única zona del país donde los casinos son legales– creció en 2008, el primer año de la crisis financiera, un 3,4%, que se redujo a menos de la mitad un ejercicio después. De ahí, su PIB se elevó un 25,3% en 2010 y llegó a contraerse un 21,6% cinco años después. Sus poco más de 28 kilómetros cuadrados de extensión recogen a uno los países con renta per cápita más elevada, según las estimaciones del FMI.

Fuente: El País