Ya ha pasado casi un año desde que Madrid y Pekín firmaron, en noviembre de 2018, un protocolo que amplía la gama de productos porcinos que España puede exportar al gigante asiático. Entre ellos, jamón con hueso y embutidos con curación inferior a 313 días como paleta, lomo, salchichón, chorizo y jamón serrano. Para dar el pistoletazo de salida a su venta solo falta que las autoridades terminen de acordar un certificado para la exportación, que, según el Ministerio de Agricultura español, entrará en vigor en el plazo de un mes. Mientras tanto, el número de empresas autorizadas a comercializar cerdo en China se ha incrementado de 28 a 35, y se ha abierto la vía para acreditar a otro grupo de 11 industrias en una segunda fase y de otras 10 en una tercera.

Más allá del nuevo protocolo, el sector porcino español ve en China un mercado estrella. Con una población de más de 1.000 millones de personas y una clase media en expansión, es el primer productor y consumidor de cerdo del mundo. Además, la epidemia de peste porcina africana, que desde hace más de un año asola el país, ha obligado al sacrificio de millones de animales —alrededor de un 30% de la cabaña, según las autoridades chinas; un 50%, según análisis independientes—, disparando la demanda interna e internacional por las grandes dimensiones de su mercado y la cotización de la materia prima.

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Los efectos no han tardado en hacerse sentir en España. Las ventas a China aumentaron un 52% en volumen en el primer semestre de 2019 (260.000 toneladas), y un 90% en valor (442 millones de euros), lo que ha vuelto a situar a España como primer proveedor de carne de cerdo gigante asiático, por encima de Alemania.

“China es un magnífico mercado, pero también es un mercado complicado”, ha recordado la semana pasada Valentín Almansa, director general de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, durante una ponencia en la tercera edición del evento Meat Attraction. Las autoridades chinas, muy exigentes en cuanto a controles y certificados, tras las últimas negociaciones con el Ministerio y acuciadas por la drástica reducción de su cabaña, han decidido flexibilizar las condiciones que deben cumplir las empresas cárnicas españolas para exportar a su mercado: si antes debían cursar una solicitud, esperar una visita de los técnicos y una respuesta que se podía alargar durante años, a partir de este acuerdo el procedimiento se basa en rellenar un cuestionario que se remite a las autoridades chinas con el aval de las españolas.

Los jamones españoles y el embutido esperan luz verde para entrar en el mercado chino

En este contexto, la carne sigue siendo el producto más demandado por China. Según Daniel de Miguel, director del departamento internacional de la Interprofesional del Cerdo de Capa Blanca Español (Interporc), el nuevo acuerdo beneficiará sobre todo la exportación de nuevos despojos, de los que los chinos son grandes consumidores, aunque también animará una mayor promoción de productos de mayor valor añadido, como embutido y jamón. “Estamos a la expectativa”, dice De Miguel.

La cuestión es cultural. El jamón español se puede exportar a China desde 2007, pero solo deshuesado y con un mínimo de 313 días de curación, supuestos que ahora se amplían. Su penetración es, sin embargo, todavía limitada (menos de 200 toneladas exportadas en 2018). “El jamón curado es un producto novedoso para China, cuyo consumo va siendo cada vez mayor, pero tiene desarrollos comerciales muy bajos”, explica Pedro Rodríguez-Marín Roy, coordinador general del Consorcio del Jamón Serrano Español. “Las previsiones de exportación no van a cambiar significativamente con la entrada del nuevo certificado”, añade. “Incrementar el consumo es un tema cultural, de trabajo en promoción”. Antonio Prieto, de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico, confirma que también el sector del ibérico se propone promover y consolidar posiciones en el país asiático.

Mientras, el Gobierno apuesta por ampliar la gama de carnes que puede exportar al mayor mercado mundial. En el futuro, prevé finiquitar el acuerdo para vender productos ovinos y abrir las puertas a vacuno y ave.

Vía libre a la exportación de uva de mesa

Tras varios años de negociaciones, China dio a principios de este septiembre luz verde a la importación de uva de mesa española. Cumplió así el acuerdo sellado el pasado 28 noviembre durante la visita de Estado a España del presidente chino Xi Jinping, cuando también se pactó el nuevo protocolo para la exportación de carne porcina al mercado del país asiático. Las primeras frutas españolas que entraron en China fueron los cítricos, en 2014, y en 2016 se abrió el mercado también a melocotones y ciruelas.

Fuente: El País