Las empresas de fabricación de coches en España no cumplirán su objetivo para este 2017, fijado en tres millones de vehículos. El vicepresidente ejecutivo de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Mario Armero, ha admitido este martes que los coches fabricados en España no superarán los 2,8 millones, y explica este frenazo por la caída de la demanda en los mercados exteriores, especialmente el Reino Unido, el tercer destino más importante para las exportaciones de vehículos españoles: hasta el mes de septiembre, las exportaciones al mercado británico retrocedieron un 5,2%.

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Armero ha rectificado los objetivos de los fabricantes en el marco del 32º Encuentro de la Automoción de la escuela de negocios IESE. El Plan 3 Millones de Anfac se impulsó en 2012, cuando en España se fabricaban 1,7 millones de vehículos, y se fijó como objetivo la producción de 3 millones de coches en 2017. «Esto no es buena noticia», ha expresado Armero, quien ha retrasado el objetivo hasta 2018. El vicepresidente de la patronal ha considerado que «no es una crisis», pero ha alertado de que España cerrará el año con menos producción que el año pasado, una caída del 3,9% hasta octubre. En otros países, el descenso es menos acusado, como en Francia (0,7%) o Gran Bretaña (2,7%), o están creciendo, como en Italia, donde el incremento es de un 7,9%.

Según los datos de Anfac, son varios los mercados extranjeros que están pasando por dificultades y que ponen en un aprieto al sector del automóvil español, tradicionalmente un ejemplo de sector competitivo en España. El Ministerio de Economía ya había avisado de que el coche ha perdido peso en las exportaciones, y que representa ahora el 16,3% del total, superado por el sector de la Alimentación, con el 16,9%.

En primer lugar, el mercado británico es el más afectado, ya que se han resentido las exportaciones de vehículos españoles, lo que se combina con la pérdida de valor de la libra frente al euro, que ha hecho menos competitivos a los productos españoles. En otros mercados también ha habido dificultades: en el turco, por ejemplo, las exportaciones descendieron un 22,4% hasta septiembre, mientras que el alemán, el primer destino exterior de los vehículos fabricados en nuestro país, se ha ralentizado. El vicepresidente de Anfac también ha admitido que las ventas de coches a particulares «está por debajo de las expectativas».

Las ventas de vehículos caen en Cataluña a causa del ‘procés’

El pasado mes de octubre, las ventas de turismos a particulares crecieron un 1%, muy lejos del 11% de aumento en el conjunto de España, según los datos revelados este martes por el vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero. «Creemos que es reversible. Cataluña ha crecido en los últimos años el doble que España y ahora se ha revertido», ha apuntado.

Asimismo, el presidente de Faconauto, asociación que representa a los concesionarios, Gerardo Pérez, ha explicado que los pedidos de vehículos han caído en octubre entre un 25 % y un 30 % debido a la incertidumbre política, y que la tendencia se mantiene en lo que llevamos de noviembre. También ha habido un descenso de las visitas en los concesionarios, lo que, según Pérez, se traducirá a menos ventas en los próximos meses.

Armero ha asegurado que el sector de la automoción está ante la transición a nuevo modelo de movilidad, marcado por nuevas legislaciones para frenar el cambio climático, y por la revolución digital y el desarrollo del coche eléctrico. «Una transición que no puede ser natural, sino que tiene que estar influenciada por la política industrial y por la política legislativa» afirmó el vicepresidente de ANFAC, que reclamó un incremento de la colaboración público-privada. La patronal ha valorado positivamente las políticas emprendidas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, aunque ha lamentado que en los últimos meses han cambiado las prioridades, tras la etapa de desgobierno en España y con el desafío independentista en Cataluña. Según Anfac, hay tres áreas de trabajo principales: alcanzar un Pacto por la Industria para seguir mejorando la competitividad; el impulso de la movilidad inteligente, y una nueva fiscalidad más medioambiental y enfocada al uso del vehículo y no a su compra.

Fuente: El País