Las cuatro principales cadenas hoteleras españolas han aprovechado la celebración de Fitur, la gran feria española del turismo que han inaugurado los Reyes de España este miércoles en el recinto ferial Ifema de Madrid, para hacer balance de 2017 y para enseñar sus planes para el futuro inmediato. El crecimiento es uno de los objetivos primordiales para todas ellas en un mercado «muy atomizado» en palabras de Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá en el que se aprecia una querencia por la concentración para ganar tamaño y competir con los grandes grupos hoteleros del mundo. Un ejemplo fue el reciente intento de Barceló por fusionarse con NH, oferta que fue rechazada.

MÁS INFORMACIÓN

Escarrer ha sido el encargado de presentar los planes de Meliá, el mayor grupo español. A cierre de 2017, la cadena, especializada en el segmento vacacional, contaba con 385 hoteles en todo el mundo con 97.000 habitaciones. Escarrer ha asegurado que tiene 71 nuevos establecimientos (90% en régimen de gestión) con 17.000 habitaciones más ya firmados en su pipeline (hoja de ruta) para los próximos tres años. 30 de ellos verán la luz en 2018 y otros 25 al año siguiente, con el foco puesto especialmente en Asia Pacífico (22 hoteles), Europa-Oriente Medio (19) y América (23 entre Cuba y el continente). En España tienen previstas tres aperturas en 2018 (Estepona, Sitges y Xávea), con inversiones, incluidas reformas, de 75 millones. La idea de la compañía, además, pasa por reforzar el negocio de la gestión de hoteles, que actualmente les proporciona el 30% del resultado, hasta alcanzar el 50%, a la par con los hoteles que tiene en propiedad o alquiler.

Estos planes descansan en unas cifras económicas de las que Escarrer se ha dicho «orgulloso»: hasta septiembre de 2017, el grupo había ingresado 1.458 millones de euros, un 5% más que un año antes, con un beneficio neto de 119 millones (+22,5%) y un resultado de explotación (ebitda) de 254 millones (+7,8%). Eso sí, con una deuda de 584 millones, un 7,7% más, según los resultados hasta el tercer trimestre.

Barceló, que no es una compañía cotizada, tiene aún menos problemas de deuda, según ha afirmado este miércoles Raúl González, consejero delegado de la cadena. «Estaremos en deuda cero en primavera», ha comentado. Con ese músculo, y tras el fallido intento de fusionar el negocio con NH, Barceló también tiene apetito. En un 2017 «excelente», sus ingresos crecieron un 36%, hasta 2.700 millones de euros, a partes iguales entre el negocio hotelero y el de viajes, con un ebitda algo por debajo de los 500 millones. El negocio hotelero creció un 10% e incorporó 10 nuevos establecimientos a su cartera, que ya asciende a 236 hoteles (52.319 habitaciones). En su cartera tiene otros 17 establecimientos firmados para abrir en los próximos tres años, con una apuesta particular por Emiratos Árabes, especialmente Dubai, según ha explicado Jaime Buxó, director general desarrollo negocio de la cadena.

Tras el rechazo «un tanto abrupto» de la oferta de fusión a NH, González ha asegurado que el grupo está estudiando «qué hacer con la capacidad de inversión». No ha descartado la expansión hotel a hotel ni operaciones corporativas. «Lo de NH no quiere decir que no vayamos a hacer otras cosas, en esta o en otra parte del mundo. Somos inquietos, seguro que va a haber operaciones, otra cosa es de qué tamaño, no tiene por qué ser una enorme», como la planteada a NH, ha comentado. Sí dejó claro que las cifras de inversión que maneja son superiores a los 1.500 millones invertidos en el periodo 2012-17.

Además de Emiratos Árabes, González ha puesto el foco en Egipto y Turquía, dos países cuyo turismo ha acusado en los últimos años problemas de seguridad e inestabilidad, pero que están recuperando turistas a doble dígito. Marruecos, con tres aperturas previstas Casablanca, Tánger y Agadir es otro de los objetivos. Buscan también socios para crecer en China, donde una alianza con el grupo local Plateno no ha fructificado. «Estar en China con cuatro o cinco hoteles no es eficiente», ha dicho González, que sitúa las ambiciones del grupo en ese mercado en un centenar de establecimientos. La expansión tendrá el acento en los hoteles en gestión, que supone el 58% de la cartera, por un 21% en alquiler y otro 21% en propiedad.

Por su parte, NH (380 hoteles, 58.926 habitaciones), se centra actualmente en refinanciar su deuda (694 millones en septiembre de 2017) y en mejorar los ingresos por habitación para ganar rentabilidad y, a partir de ahí, estudiar operaciones. Según ha explicado en Fitur Ramón Aragonés, su consejero delegado, la apuesta hoy es «crecer en precio medio, no en volumen», reforzando su línea premium, llamada Collection (69 establecimientos). El precio medio del grupo hoy está en 96 euros, desde los 77 de 2013 y la idea es superar los 100 en 2018.

Tras lograr unos ingresos de 1.169 millones hasta septiembre (+6,7%), Aragonés ha afirmado que 2017 ha sido un año «extraordinario», que el grupo está en «la senda adecuada» y «en una posición de privilegio» para crecer. Se fijó como objetivo para 2018 un ebitda de 260 millones y se ha mostrado confiado en superar esa cifra y llegar a los 300 en 2019, con un beneficio neto estable por encima de 100 millones a partir de ese año. «La compañía está en un momento dulce, con todos los focos encendidos», ha dicho, «en condiciones de pensar qué hacer en el futuro para tener un proyecto más ambicioso». No detalló ninguna operación, pero se dijo dispuesto a estudiar cualquier opción. «Creemos en la consolidación del sector», ha añadido.

La mallorquina RIU, un día antes de la apertura de Fitur, también fijó objetivos de crecimiento ambiciosos, con un plan para invertir 2.500 millones en los próximos cinco años. El plan incluye nuevas aperturas, aunque en este caso las cifras en hoteles son más modestas, ya que la cadena apuesta por establecimientos grandes (no menos de 300 habitaciones) y por tenerlos en propiedad.

Fuente: El País