“Su tren no ha sido incluido en los servicios mínimos”. La frase está escrita en un correo de Renfe que José Manuel Gómez y Marina Salas han recibido sobre la huelga de este miércoles por la que se han cancelado 325 trenes AVE, larga y media distancia. “Entro a trabajar mañana a las 4 y llevo toda la noche sin dormir. Me haría bien descansar”, explica Gómez. Tras seis horas y media en un avión desde Nueva York, la pareja lleva cuatro horas en la estación de Atocha, en Madrid, esperando subirse a un tren a Alicante. Una espera que se verá alargada por el paro. “Estamos reventados. Queremos llegar a casa”, exclama Salas.

Como ellos, miles de personas se han visto perjudicadas por esta segunda jornada de huelga que tendrá paros parciales de 12.00 a 16.00 horas y de 20.00 a 24.00 horas. Una movilización especialmente delicada por el alto movimiento a raíz del puente del 15 de agosto, que es festivo en todo el país. Algunos incluso tuvieron que cambiar sus planes por completo. “Nos dijeron que cada 20 minutos salían trenes a Toledo, pero el único en el que podemos subir es a las 16.50. Vamos a tener que intentarlo mañana”, lamentan Amy Weinstraub y Hannah Maddrey, dos estadounidenses que están en Madrid por vacaciones.

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Pese a los cientos de trenes cancelados, las colas en atención al cliente no pasaban, al mediodía, de las 10 personas. Para esta que supone la tercera huelga en lo que va del año —la primera la convocó CC OO en julio y las otras dos CGT— la empresa pudo informar y relocalizar a la mayor parte de los afectados. “Son 45 minutos. Es un trastorno, pero no es algo traumático”, afirma Ana L. quien debía tomar el AVE de las 14.45 a Albacete, pero tuvo que ser trasladada al de las 15.30.

También en la Estación de Sants, en Barcelona, hay alguna consecuencia de la protesta. Empiezan a notarse a partir de las 12 del mediodía, que es cuando se realiza uno de los paros parciales, el panorama empieza a cambiar. Los pasajeros se van uniendo a una cola que es cada vez más larga ante el punto de información del AVE. “He visto en las pantallas varios trenes hacia Madrid cancelados y quería saber si el mío también lo estaba”, asegura Mónica González. Aunque también hay viajeros más despistados que no se han enterado de que hoy había huelga hasta que han llegado a la estación.

Los viajeros esperan en los andenes mientras esperan su tren. El bullicio de la gente y las altas temperaturas hacen que se forme cola en el único puesto de bebidas. “Hace mucho calor y no puede ser que estemos aquí amontonados una hora”, lamenta Ricardo Robles. De la misma manera, Ana Luz no sabía que hoy había huelga y tiene que esperar una hora para ir a la playa de Sitges. “Si lo hubiésemos sabido antes no iríamos, pero ya no nos devuelven el dinero”, afirma mientras carga con las sombrillas. También se ven afectados pasajeros que se dirigen a destinos de corta distancia como Cornellà de Llobregat. “Llevo esperando una hora, cuando normalmente suelen ser unos quince minutos”, dice Silvia Flores mientras espera sentada en el suelo del andén.

Mientras tanto, la situación entre trabajadores y empresa no parece mejorar. Carmelo Sierra, portavoz del sindicato convocante CGT, ha criticado el poco interés de Renfe por destrabar el conflicto. “No se ha dirigido nadie a nosotros. No se está llevando a cabo ninguna negociación”, afirma el portavoz. “Es el desprecio total al servicio público y a los viajeros”, agrega.

Renfe asegura que la huelga se está llevando a cabo sin incidencias y con un seguimiento del 2,2% en el primer turno de paros, lo que supone 0,7 décimas menos que en la movilización de 31 de julio. CGT sube esta cifra al 80%. 

La principal razón de los paros de este miércoles es la reposición de personal. Según explica CGT, lo que piden a la empresa es que por cada 100 trabajadores que salen, contraten a otros 108. La demanda, detallan, es por la crítica falta de personal y el envejecimiento de la misma. 

Este es el segundo de los cuatro días de paros parciales, tras el realizado el pasado 31 de julio. Si las negociaciones con Renfe no avanzan, los trabajadores tienen planeado realizar paros parciales los días 31 de agosto y el 1 de septiembre.

Fuente: El País