El sector del automóvil sufrió en agosto un desplome notable. En agosto, se matricularon en España un total de 74.490 turismos y todoterrenos,un 30,8% menos que en el mismo mes del año pasado, según los datos hechos públicos hoy por los fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam). La fuerte caída hay que buscarla en la comparación con las cifras anormalmente altas del año pasado, debidas a la entrada en vigor de la nueva normativa sobre emisiones contaminantes WLTP. Precisamente, ayer entró en vigor la prueba de emisiones en conducción real, que mide las emisiones del vehículo en condiciones de conducción reales y no en laboratorio, para la homologación de vehículos.

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El año pasado, las matriculaciones de automóviles se dispararon en verano (un 19,3% en julio y un 50% en agosto) por la inminente entrada en vigor de la normativa WLTP, que endurecía los requisitos de emisiones para poder homologar un coche. Ante la entrada en vigor de esta norma, las matriculaciones se dispararon porque los concesionarios matricularon muchos de los vehículos no homologados que tenían en stock para venderlos como seminuevos o kilómetro cero. También se rebajaron los precios y se vendieron más vehiculos. La resaca veraniega dio lugar a una resaca en septiembre en forma de caída del 17%.

Este mes de agosto, la comparación con esas cifras hace temblar la estadística. Así, se matricularon 74.490 unidades, un 30,8% menos que un año antes. En todo caso, también se puede inferir que los temores a una desaceleración económica global y en España retraen a los compradores de realizar una inversión cuantiosa como es la compra de un coche. De hecho, la caída de matriculaciones de agosto es la cuarta consecutiva del mercado automovilístico español tras el repunte de abril, cuando se vio impulsado, principalmente, por el canal de alquiladores. Así, en lo que va de año, las ventas de automóviles en el territorio nacional acumulan una bajada del 9,2% respecto al mismo periodo de 2018, con 883.649 unidades comercializadas.

Todos los canales sufrieron importantes caídas respecto a las cifras del año pasado. Las ventas a particulares cayeron un 27,5%, hasta 41.657 unidades. En lo que va de año, se han vendido 395.055 coches a particulares, frente a los 461.136 del año pasado, un 14,3% menos. Las empresas en general compraron 28.672 coches un 34,4% menos que hace un año y acumulan un descenso en los ocho primeros meses del año del 5,1%. Finalmente, las empresas alquiladoras adquirieron 4.161 vehículos, un 36% menos, con lo que acumulan 204.358 unidades, un 4% menos.

Por su parte, las matriculaciones de vehículos comerciales ligeros se situaron en 15.394 unidades en el octavo mes del año, sin variación en comparación a agosto de 2018, y en 151.139 unidades en lo que va de curso, lo que supone un incremento del 2,4%.

Las entregas de camiones y autobuses cayeron un 25,9% en agosto en comparación con el mismo mes de 2018, con 1.285 unidades matriculadas, mientras que en el acumulado del año descendieron un 0,7%, con 17.817 unidades comercializadas.

La prueba de emisiones en conducción real entra en vigor

La prueba de emisiones en conducción real (RDE, por sus siglas en inglés) se aplicará de manera obligatoria, a partir del 1 de septiembre, para la homologación de turismos y furgonetas pequeñas, complementando al Procedimiento Mundial Armonizado para Ensayos de Vehículos Ligeros (WLTP, por sus siglas en inglés).

El RDE mide las emisiones contaminantes como los óxidos de nitrógeno (NOx) y las partículas que emiten los automóviles mientras circulan por la carretera, por lo que no reemplaza a la prueba de laboratorio WLTP. De este modo, la prueba RDE supone que un automóvil monitorizado con un equipamiento de medición específico recorre, durante un tiempo determinado, una serie de vías públicas que cumplen unos requisitos (vías urbanas, interurbanas o autopistas) y en una amplia gama de condiciones (altitudes, cuestas, temperatura ambiente, tráfico, carga del vehículo, etc).

El equipo específico instalado en el vehículo recopila datos para verificar que no se excedan los límites legislativos para contaminantes como el NOx. Para superar los criterios del RDE, en términos de medición de emisiones de NOx, casi todos los vehículos diésel deben estar equipados con sistemas de reducción catalítica selectiva (SCR) o Lean-NOx, entre otros, mientras que los modelos de gasolina de inyección directa pueden requerir filtros de partículas, lo que implica costes adicionales para los fabricantes y es posible que los coches más pequeños no puedan mantener sus precios actuales con dichas instalaciones.

Fuente: El País