“Si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Las grandes cadenas hoteleras en España han ignorado este refrán popular y, por ahora, han descartado entrar en el negocio de los apartamentos turísticos, justo en sentido contrario de lo que están haciendo los grandes grupos hoteleros en el mundo, como Marriott, IHG o Accor, que han creado divisiones para impulsar el negocio de los apartamentos turísticos ante la importante dimensión que está adquiriendo, especialmente en Europa.
El argumento más importante que manejan las empresas españolas, tal y cómo explica Juan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), es la incertidumbre generada por una legislación muy cambiante, como por ejemplo, la de Madrid, que solo permitirá pisos turísticos con acceso independiente a la calle. “Hay empresarios que se meten en este negocio sin disponer de información y no calculan el impacto negativo en sus empresas”, recalca.
Las cinco mayores en España (Meliá, NH, Barceló, RIU e Iberostar) rechazan entrar en el negocio
La pionera en la entrada en ese segmento a nivel mundial fue la francesa Accor, que compró varias compañías de alquiler de apartamentos turísticos en 2016 para integrarlas en su estructura. La segunda fue la estadounidense Marriott (la mayor del mundo con 5.952 hoteles y 1,16 millones de habitaciones) que en mayo puso en marcha un proyecto piloto en Londres de alquiler de casas compartidas. Cinco meses después, la cadena anunció que ampliará esa iniciativa a otras tres ciudades europeas (París, Roma y Lisboa), con lo que contará con una cartera de 340 inmuebles. Con anterioridad ya trabajaba en este segmento IHG, matriz de Intercontinental, aunque en un modelo de apartahotel denominado Extended Stay bajo dos marcas (Candlewood y Staybridges Suites). El objetivo era disponer de apartamentos de larga estancia para cubrir la necesidad de viajeros de negocios sin perder los atributos ligados a la marca IHG.
Ninguna de las cinco grandes hoteleras españolas (Meliá, NH, Barceló, RiU o Iberostar) ha entrado en este negocio, bien a través de participación en compañías o de la creación de divisiones específicas. “Nuestra compañía hotelera es radicalmente contraria a los apartamentos turísticos tal y como se presentan actualmente, pues consideramos que son una competencia desleal para con la actividad hotelera (en fiscalidad, en normativas de seguridad, en normativas laborales, etcétera), además de que suponen ‘cargarse’ el urbanismo de las ciudades. Por ello no estamos en ese negocio”, recalcan desde Barceló. El más crítico es el vicepresidente ejecutivo de Meliá, Gabriel Escarrer, que considera a Airbnb como la principal amenaza del turismo. “Este nuevo modelo de apartamentos turísticos es algo que ha venido para quedarse y tiene que tener una cuota de mercado, pero creo que no se ha controlado y ha habido un verdadero desmadre. El crecimiento del 40% en cuatro años no es sostenible cuando la oferta reglada solo ha crecido un 2% en el mismo período”, aseguraba en una entrevista con Cinco Días.
Las dos únicas excepciones son Room Mate, la cadena dirigida por Kike Sarasola, y el Grupo Piñero, la octava hotelera española, con 13.000 habitaciones. La primera creó en 2014 la división de apartamentos turísticos Be Mate y a principios de este año gestionaba 600 apartamentos en exclusiva y ofrecía 10.000 anuncios en su plataforma, con unos ingresos de seis millones de euros. Por su parte, el grupo Piñero, a través de su división Bahía Príncipe, tiene una línea de alquiler de apartamentos en dos desarrollos en México y República Dominicana, que suman 950 residencias y más de 2.800 propietarios. “Por un lado ofrecemos 150 viviendas en régimen de alquiler vacacional, entre casas y apartamentos, y 420 unidades de condohotel. Por otro lado también ponemos a disposición de los propietarios de nuestras urbanizaciones un programa por el cual gestionamos el alquiler turístico de su residencia para maximizar su inversión”, remarca Jaime Sitjar, director general de Bahía Principe Residences & Golf.
Fuertes restricciones legislativas en España
Palma de Mallorca. Fue el primer municipio que optó desde julio de 2018 por prohibir el alquiler para turistas (en casas unifamiliares sí está permitido) “para proteger al residente”. El principal argumento que impulsó la norma fue la constatación de que los pisos estaban alquilados por turistas una media de ocho meses “lo que impedía el acceso a la vivienda a los propios vecinos”.
Madrid. En julio, el ayuntamiento dirigido por Manuela Carmena aprobó una norma para frenar los dos efectos indeseados del fenómeno Airbnb (subida de precios del alquiler y expulsión de los vecinos a barrios del extrarradio). La medida más relevante es la ilegalización del 95% de la oferta, ya que obliga a que los pisos para turistas ubicados en los distritos más céntricos deberán contar con un acceso independiente a la calle.
Bilbao. Fue el primer municipio que usó sus competencias urbanísticas para limitar el alquiler a bajos y primeras plantas. La Comisión Nacional para los Mercados y la Competencia recurrió la norma en agosto al considerarla contraria a la libre competencia y no proteger a los ciudadanos.
Fuente: El País