Los efectos del coronavirus han infectado las Bolsas europeas, que han despertado este lunes con caídas por el temor al avance del 2019-nCoV, o virus de Wuhan —como también se ha bautizado en referencia a la ciudad china donde el microorganismo saltó por primera vez de un animal a un ser humano—. Este lunes el miedo al avance de la enfermedad, que ya ha infectado a más de 2.700 personas y ha matado a 80, ha saltado plenamente a los mercados financieros: el selectivo español, Ibex 35, ha comenzado la jornada con una caída algo superior al 1,5%, algo menos que sus pares europeos. El CAC40 de París, el Dax alemán y el FTSE londinense sufrían caídas de más del 2%. Las Bolsas chinas esquivaban el impacto al permanecer cerradas por la festividad del año nuevo lunar, pero el Nikkei japonés se ha dejado también más del 2%.

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Uno de los sectores que directamente se ha visto más afectado ha sido el turístico. El grupo de aerolíneas IAG (que engloba a British Airways, Iberia, Vueling y Air Lingus, entre otras) registraba pérdidas esta mañana de cerca del 6%, algo similar a la agencia de viajes online eDreams. El sector hotelero no se libraba del pánico de los inversores: Meliá Hoteles caía más de un 5% y Amadeus, proveedor de soluciones tecnológicas para empresas turísticas, perdía entorno al 4%. El color rojo se repetía en otras empresas europeas del sector: Easyjet sufría pérdidas similares a las de IAG. Lufthansa, de más del 4,5%, mientras que AirFrance perdía casi un 7%. El miedo al virus provoca una disminución de los movimientos de viajeros con origen o destino China, lo que se traduce en una menor venta de billetes e incluso la potencial cancelación de vuelos.

El barril de crudo Brent, el de referencia en Europa, ha bajado en el mismo día un 2% y ha marcado un precio de 59 dólares, frente a los 64,92 dólares a los que se vendía hace una semana, un cambio de casi el 10% en este periodo. El golpe encajado por el mercado petrolero afecta también a las divisas de algunos países productores, como Rusia o México.

El ministro de Energía de Arabia Saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, ha atribuido el derrumbe a “factores psicológicos” ante los medios de comunicación, y ha recordado que el brote del SARS de 2003 finalmente “no causó una significativa reducción en la demanda de petróleo”. Sin embargo, las presiones bajistas en el mercado de crudo han sido lo suficientemente potentes como para compensar el aumento de la incertidumbre en Oriente Próximo (tras el ataque a la embajada de EE UU en Bagdad), un factor que suele provocar alzas en el Texas y el Brent.

El rebote ha afectado también a bancos, metalúrgicas y petroleras, y ha acabado propagando el rojo a todos los valores de la Bolsa española en los primeros compases de la jornada de este lunes. Acerinox caía más de un 3%, ArcelorMittal, casi un 4%. Sabadell, un 1,5% y Bankia un 1%. La petrolera Repsol perdía un 2,8% y Ence, dedicada a la energía y celulosa, un 4,7%.

El brote del corona virus se ha originado en la ciudad donde están los principales productores chinos de automóviles y acero del país, dos industrias clave en la segunda mayor potencia económica mundial. La ciudad de Wuhan, situada en la provincia de Hubei (centro del gigante asiático), cuenta además con la presencia de más de 300 multinacionales, de ahí que los temores se hayan disparado a medida que se han ido conociendo más datos sobre la infección. Mientras, los inversores se mantienen atentos la reunión de este miércoles de la Reserva Federal de Estados Unidos y de la reunión del Banco de Inglaterra del jueves —un día antes de la salida del país británico de la UE— se ha disparado la compra de tradicionales activos refugio como el oro o el yen. 

No obstante, son muchos países los que ya han empezado a tomar medidas directas para frenar la expansión del coronavirus. Las operadoras de viajes rusas dejaban esta mañana de vender vuelos a China, ha asegurado este lunes Dimitry Gorin, el vicepresidente de la Asociación de Turoperadores Rusos, acorde a las recomendaciones del regulador del país. Solo se mantenía, de momento, la venta de billetes de vuelta.

Otros países han tomado medidas incluso más radicales: Mongolia anunció el domingo el cierre de todos sus cruces fronterizos con China, mientras que el país originario del brote ha empezado a imponer el estado de cuarentena en las principales ciudades afectadas, afectando a más de 50 millones de personas. Mientras tanto, el Comité de Seguridad Sanitaria de la Unión Europea se ha reunido este lunes para decidir el marco de actuación, después de que se hayan diagnosticado tres casos en Francia. La comisaria de Salud de la Unión Europea, Stella Kyriakides, aseguraba antes de la reunión que estaban “listos para actuar y intensificar nuestra respuesta si es necesario”.

“Es demasiado pronto para cuantificar el impacto económico del coronavirus, pero a la hora de afrontar shocks inesperados como este, la aproximación más razonable parece la de evaluar los precedentes”, explicaba en un comunicado el analista económico de AXA Investment, Gilles Moëc, que recordaba el episodio del SARS en 2003, un virus de la misma familia que también se originó en el gigante asiático. “En este sentido, la crisis ocasionada por el SARS rebajó el PIB de China un 1,1% y un 2,5% el de Hong Kong, mientras que solo supuso un impacto del 0,1% en el PIB de EE UU”, apunta el economista de AXA. Los cálculos preliminares de Standars & Poor’s coinciden con esta: la calificadora sugiere que una caída del 10% en los sectores afectados mermaría en un 1,2% el crecimiento del PIB del país asiático.

Sin embargo, el analista de AXA Investment recuerda que desde entonces el peso de China en la economía mundial ha crecido significativamente, así que el contagio en la economía mundial probablemente debería ser mayor. Si bien conviene insistir que en este momento todavía es demasiado pronto para saber si el SARS y sus efectos económicos constituyen el precedente correcto para evaluar el coronavirus”. Moëc enfatizaba que “los contactos entre China y el resto del mundo se han disparado en los últimos 15 años y la aparición de focos de contagio a larga escala más allá de la región de Gran China obviamente cambiaría la ecuación”.

Fuente: El País