Pese al voluntarismo de los discursos oficiales sobre los beneficios de la igualdad, la corrección de la brecha de género es tan desesperadamente lenta que de seguir a este ritmo las mujeres tardarán un siglo en lograr la igualdad en participación política, educación o salud, y más de dos en alcanzar la equiparación económica. Esta es la estimación que hace el Foro Económico Mundial, entidad que organiza los foros de Davos, y eso suponiendo que no se produzcan retrocesos, cosa que no es segura. El propio informe constata que en algunos ámbitos, como los económicos, la brecha ha aumentado.
El grado de igualdad no guarda relación con el nivel de desarrollo. Es paradigmático el caso de EE UU, que ha bajado cuatro puestos y ocupa el lugar 49 de los 144 países analizados. España ha pasado del 29 al 24, pero tampoco podemos estar satisfechos, pues en 2006 estábamos en el 11, lo que da idea de lo inseguro que es el avance. Con un índice del 0,75 estamos mejor que la media (0,68), pero lejos de los países que han alcanzado las mayores cotas de igualdad: Islandia (0,88), Noruega (0,83), Finlandia (0,82), Ruanda (0,82) o Suecia (0,82).
El informe señala que una mayor participación de las mujeres en cargos de representación política mejoraría todos los parámetros de igualdad, pero en esa asignatura tampoco se avanza suficiente. Según datos del Instituto Europeo para la Igualdad de Género, tres cuartas partes de los ministros y parlamentarios nacionales y regionales de la UE son hombres, y apenas uno de cada cinco puestos directivos de grandes empresas está ocupado por una mujer. Desaprovechar la formación y la capacidad de la mitad femenina de la población es una injusticia que además atenta contra la racionalidad económica. Si la persuasión no logra que se avance más rápido, habría que probar con otras medidas.
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Fuente: El País