Menos de cincuenta días después de su presentación a bombo y platillo, la lista de paraísos fiscales elaborada por la Unión Europea mengua a la mitad. Los ministros de Economía de la UE han decidido este martes sacar de la lista de negra de evasores fiscales a Panamá, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Barbados, Granada, Macao, Mongolia y Túnez. Todos ellos pasan ahora a la lista gris, un enorme conglomerado de territorios del que, con las nuevas incorporaciones, forman parte ya 55 países que si bien aún no cumplen con los estándares europeos, han mostrado un compromiso lo suficientemente firme de cambiar su política fiscal.
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La lista gris, una idea española, se convierte así en un cajón de sastre en el que desembocan los países incumplidores en los que hay depositadas esperanzas de que pongan fin a leyes que facilitan la evasión, un agujero negro que supone para la economía europea un sumidero millonario. Si hacen realidad lo prometido, desaparecerán de cualquier lista. En caso contrario pueden regresar a la lista negra, en la que ahora aparecen solo nueve estados: Samoa Americana, Bahréin, Guam, Islas Marshall, Namibia, Palau, Samoa, Santa Lucía y Trinidad y Tobago. De no cooperar, la UE estudia la imposición de sanciones a los países que aparezcan en la lista. «Primero hay que ver si son aplicables las sanciones. No hay nada peor que anunciar una sanción que no puedes aplicar», ha afirmado este martes el ministro de Economía español, Luis de Guindos.
Esta primera reducción en la relación de paraísos fiscales ha tenido lecturas opuestas. «La UE se apresura a retirar países de su lista negra sin explicar claramente qué les han prometido mejorar. Esto debilita su efectividad», ha lamentado Aurore Chardonnet, experta de Oxfam. Similar ha sido el llamamiento de Eva Joly, eurodiputada y vicepresidenta de la comisión de investigación de los Papeles de Panamá en el Parlamento Europeo. «Exigimos la publicación de los compromisos adquiridos por cada uno de los países retirados de la lista y transparencia en el seguimiento de su cumplimiento».
Desde el Ecofin insisten en que su salida se debe a compromisos debidamente cumplimentados, firmados por carta al más alto nivel, por lo que no hay motivo para desconfiar de ellos. Los dirigentes europeos interpretan las promesas recibidas como el primer éxito de la publicación de la lista, bajo el argumento de que ha movilizado a los países a actuar porque aparecer en ella tiene un coste reputacional para el país. «La lista negra ya funciona», se ha felicitado este martes Vladislav Goranov, ministro de finanzas de Bulgaria, que actualmente ocupa la presidencia del Consejo. «¡La presión europea ha aportado sus primeros resultados!», ha proclamado Bruno Le Maire, su homólogo francés. La presentación de la lista provocó reacciones inmediatas. Algunas de corte beligerante. Panamá, uno de los países que acaba de salir de entre los alumnos peor considerados, calificó de injusta su inclusión en la lista a través de su canciller.
El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, uno de los promotores de la iniciativa, ha advertido de que estar en la lista gris no supone ni mucho menos la absolución, y ha animado a la UE a permanecer vigilante para que se compruebe que pasan de las palabras a los actos. Los criterios para elaborar la lista también han sido motivo de crítica para Joly. Para la parlamentaria europea de Los Verdes, varios países de la UE incumplen los estándares que exigen a los de fuera, entre los que citó a Irlanda, Luxemburgo, Holanda o Malta, todos ellos envueltos en los últimos tiempos en casos cuyo epicentro son los beneficios fiscales otorgados a empresas.
Fuente: El País