Las empresas españolas redujeron su presencia en Argentina en anteriores crisis, sobre todo la que llevó al corralito a principios de siglo y posteriormente con los Gobiernos de Kirchner. El caso más llamativo fue la expropiación a Repsol de YPF, lo que deparó en la salida de la petrolera que tenía en el país una importante fuente de sus ingresos. No obstante, mantienen fuertes intereses en el país. En la actualidad, según datos del Icex, hay 151 empresas operativas en Argentina, con una cifra de negocio que supera los 52.000 millones de euros. De ellas, 30 cotizan en Bolsa y 14 están en el selectivo índice Ibex (Acerinox, ACS, Arcelor Mittal, BBVA, Gas Natural, Grifols, IAG, Inditex, Indra, Mapfre, Meliá, Grupo Santander, Técnicas Reunidas Telefónica y Viscofan).

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De todas, las más expuestas a la crisis reconocida por Argentina después de que el presidente, Mauricio Macri, pidiera este martes «apoyo financiero» al Fondo Monetario Internacional (FMI) son Telefónica, Gas Natural, los bancos Santander y BBVA y los sectores más lacerados además de las telecomunicaciones, energía y banca son la obra pública, las concesiones, el turismo y la alimentación. Además, se mantiene una relación comercial muy nutrida en el sector del automóvil (multinacionales con fabricación en España) y sus componentes (las españolas Gestamp y Antolín).

La mayor parte de las empresas afectadas han preferido mostrar prudencia y estar a la expectativa de la evolución de los acontecimientos, aunque reconocen que la devaluación va a pasar factura a sus resultados, que en algunos casos suponen un importante pellizco. Telefónica, que está presente en Argentina desde 1990, tiene una exposición muy alta con cerca del 6% de la facturación del grupo y la devaluación del peso pone en peligro sus planes para colocar en Bolsa hasta un 40% de la filial.

En el caso del sector financiero, obligará a ajustar el tipo de cambio y la subida de tipos. El Santander Río, que aporta el 4% de los resultados al grupo (359 millones el año pasado), cuenta con una red de 489 sucursales y una plantilla de algo más de 9.200 empleados. El BBVA Francés, por su parte, supuso un total de 219 millones el año pasado, lo que supone un 6% de los beneficios.

Por su parte, la energética Gas Natural Fenosa, instalada en el país desde principios de los noventa, opera principalmente en la distribución de gas natural en 30 municipios de la zona norte y oeste de la región de Buenos Aires con más de 1,5 millones de clientes. Esta filial supone, no obstante, un impacto inferior en las cuentas generales del grupo.

Para ACS el riesgo es triple, ya que a su presencia como constructora (a través principalmente de Dragados) y materiales (a través de Cobra) se unirá ahora la de Abertis, que cuenta con la gestión de dos peajes de acceso a Buenos Aires que generan al año ingresos por unos 250 millones, el 4% del total de la compañía. El año pasado, Abertis firmó un compromiso de inversión en el país de unos 650 millones que ahora puede quedar en entredicho.

Otra empresa con tradición en Argentina es Iberia, ahora integrada en el grupo IAG. La aerolínea tiene dos vuelos diarios entre Madrid y Buenos Aires. Su competidora Air Europa cuenta con un enlace diario entre las capitales y cuatro semanales con Córdoba.

También la cadena Dia tiene en Argentina una de sus principales fuentes de ingresos, con el 17% de su negocio en 2017, año en que experimentó un aumento del 6%. Cuenta con 930 tiendas en el país, de las que 303 son propias y 627 franquiciadas. Además, tienen una presencia significativa empresas como Acciona, Befesa, Boluda, Cementos Molins, Codorniu, Freixenet, Elecnor, Ezentis, Hispasat, Indictex, Pescanova, Plantea, Prosegur, Puig, Roca y Santillana, entre otras.

Fuente: El País