El mercado laboral está obsesionado con la juventud y los candidatos mayores de 50 años pasan desapercibidos para la mayoría de las empresas en busca de talento nuevo. Se trata de una generación que ha desarrollado su vida profesional en un entorno muy distinto al actual. Desde hace unos años, es habitual cambiar de trabajo cada poco tiempo y tolerar la incertidumbre se ha convertido en una ventaja competitiva. Algunos de los que ahora pasan de los 50 comenzaron a trabajar cuando lo más común era tener un contrato fijo: la empresa esperaba del empleado que fuera eficiente y responsable a cambio de acogerlo durante muchos años. Y ahora necesitan reformular sus objetivos, poner a prueba sus habilidades y adaptarse a una nueva forma de buscar empleo donde las redes sociales y el networking ganan cada vez más peso.
Para empezar, es necesario desechar la idea de búsqueda de trabajo tradicional: dos décadas después de haber iniciado su carrera y tras un tiempo de parón, las reglas han cambiado. Así que los expertos aseguran que es imprescindible salir de casa, hacer pública la búsqueda de empleo y contar a sus conocidos su interés por regresar al trabajo.
El networking es un proceso clave. El 80 % de los candidatos encuentra el segundo trabajo a través de alguien a quien conoció en su primer puesto. Es un dato que aporta Steve Cadigan, uno de los especialistas en talento más valorados en Silicon Valley, vicepresidente de este área en LinkedIn entre 2009 y 2012. Así que tirar de contactos parece una buena primera opción y una de las ventajas de tener años de experiencia.
Otro consejo muy concreto: es importante informarse sobre los cambios en el sector y valorar qué empresas pondrán menos pegas al contratar a un candidato de más de 50 años. No es una tarea fácil: en España solo el 4 % de las compañías tienen políticas de nuevo empleo para este sector de la población, según la Guía del Mercado Laboral 2018 de Hays. Este porcentaje dibuja un escenario desalentador. En España hay 909.500 desempleados mayores de 50 años, según datos de la EPA, un 174 % más que en 2008. “España padece ahora un problema estructural. La crisis se saldó con el despido de miles de mayores de 50, muchos de los cuales aún no se han reincorporado al mercado laboral”, explica Noelia de Lucas, directora comercial de Hays.
Cuando el empleo se alarga
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Estar inactivo mucho tiempo es devastador, no solo para las habilidades laborales, sino para el bienestar emocional y mental: genera inseguridad y baja la autoestima. Por eso, cuando esta situación se alarga y todo lo demás no funciona, hace falta recurrir a programas de empleo más específicos. Algunos expertos y compañías se dedican exclusivamente a ayudar a personas que tienen un vacío temporal en su currículum a reincorporarse a un puesto similar al que dejaron. En general, las empresas los ven como un riesgo, porque temen que estén obsoletos en la tecnología o que no sepan qué quieren hacer con su vida. Y los candidatos pueden dudar sobre su capacidad para relanzar sus carreras.
Esta desconexión entre compañías y trabajadores es un problema que Carol Fishman trata de resolver a través de su compañía, iRelaunchers. A lo largo de su experiencia, Fishman ha ayudado a físicos nucleares, enfermeras, jueces o a una trabajadora social que estuvo 25 años sin trabajar. Para conseguirlo, las empresas tienen que atreverse a innovar incorporando programas específicos y confiar en la valía de estos trabajadores, a los que Fishman considera “joyas”. “Están en una etapa más estable de la vida, tienen experiencia laboral, una perspectiva más madura y energía y entusiasmo de volver al trabajo porque han estado mucho tiempo fuera”, asegura Fishman.
La consultora británica Women Returners sigue esta misma línea, pero se centra en ayudar a mujeres a volver al trabajo. Su fundadora, Julianne Miles, creó esta empresa para reivindicar que “el apoyo a las mujeres que vuelven es clave para acabar con la brecha de género”. Ya que aún siguen siendo ellas en mayor proporción las que abandonan su empleo cuando tienen hijos o cuando hace falta cuidar de algún familiar. Miles da algunos consejos para hacer la vuelta más fácil: es fundamental trabajar la autoestima y la confianza en sí mismas, entrenar el networking y recuperar el contacto con los compañeros anteriores a través de redes como LinkedIn.
El método que funciona en EE UU
Es imprescindible salir de casa, hacer pública la búsqueda de empleo y contar a sus conocidos su interés por regresar al trabajo.
Una de las formas de conseguir que los trabajadores tengan otra oportunidad y que a las empresas no les parezca arriesgado son las pasantías. Sí, ser becario con más de 50, pero con garantías. En EE UU, siete de las empresas más grandes de ingeniería, entre las que se encuentran Intel e IBM, tienen estos programas de reinserción. También los están probando cinco grandes compañías de finanzas como JP Morgan o Goldman Sachs, donde de los 123 participantes hasta la fecha, alrededor de la mitad ha conseguido un puesto fijo a tiempo completo en el banco.
Para acceder a estos trabajos, tener una laguna en tu currículum no es un handicap, sino todo lo contrario: es un requisito indispensable. En EE UU y Reino Unido esta nueva modalidad ya va ganando terreno. Falta que en España haya más empresas que se atrevan a incorporarlo y superar el reto añadido de que estas becas no se utilicen como una forma de conseguir mano de obra barata, sino de recuperar y aprovechar talentos. Carol Fishman anima a los trabajadores a abrir la veda y sugerir un acuerdo de pasantía o similar a una empresa aunque no tenga un programa oficial de reinserción.
Fuente: El País