La OCDE pide a España que mejore la eficiencia de su sistema tributario. Y para ello le recomienda que suba los impuestos a los combustibles para reflejar mejor el coste medioambiental de las emisiones contaminantes. Si bien reconoce que España figura mejor que la media de la OCDE en niveles de CO2 y en calidad del aire, el organismo que aglutina a las economías avanzadas detecta que España recauda menos por tributos verdes y que es uno de los que menos ingresa por combustibles. El Gobierno de Sanchez tenía previsto hacer una equiparación parcial del diésel con la gasolina dejando fuera a los transportistas. Pero esta no se aprobó al no conseguir respaldo para los Presupuestos.

La Organización Económica para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) también señala que España debe reducir las exenciones y deducciones en el IRPF. Aunque no las menciona, un ejemplo sería la deducción por fondos de pensiones que suele beneficiar a las rentas altas. Y anima a que se supriman las tasas de IVA reducido en productos que resultan regresivos, es decir, que favorecen a las rentas altas. El ejemplo clásico es el IVA reducido, del 10%, en la hostelería.

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En general, la fiscalidad en España permanece demasiado volcada sobre los impuestos al trabajo, esto es IRPF y cotizaciones, y varias exenciones y deducciones erosionan la capacidad recaudatoria, dice. A cambio de estas subidas, insta a España a recortar las cotizaciones para los trabajadores con sueldos bajos y contratos fijos. No obstante, alaba que Hacienda pusiera en marcha el Sistema Inmediato de Información para recaudar el IVA de las grandes empresas. En cuestión de pocos días, este mecanismo informático brinda todos los datos de operaciones de IVA de estas compañías, ganando en eficiencia y permitiendo rastrear bolsas de fraude.

Estas son algunas de las conclusiones sobre España que recoge el informe bianual de la OCDE Going for Growth 2019, en el que valora el estado de las reformas realizadas y donde deben concentrarse los esfuerzos reformistas. Por primera vez, se incluye un capítulo dedicado al crecimiento verde. Se trata de reflejar las externalidades de unas emisiones contaminantes que dañan el bienestar y, por tanto, el crecimiento económico, asegura la institución.

Las reformas realizadas en España en el periodo 2017-2018 han sido «limitadas», subraya el organismo. A pesar de que se han seguido aprobando medidas para intentar reincorporar a los parados al mercado laboral, la implementación de estas iniciativas «se retrasa». Y aunque «se debería hacer más en este área, sobre todo para ayudar a los parados de larga duración», la OCDE fija una nueva prioridad para España: hay que mejorar la innovación de la economía. «Se justifica por el débil crecimiento de la productividad y el declive sustancial del gasto en innovación», sostiene el documento. Y añade que España todavía presenta una distancia importante en PIB per capita respecto a los países más ricos de la OCDE debido a una menor productividad y un mayor paro. También denuncia que la desigualdad de ingresos ha aumentado desde 2007 y continúa por encima de la media de la OCDE, «en parte debido al elevado desempleo y a la caída de ingresos en los hogares de rentas bajas». Por ejemplo, apunta que el 20% más pobre gana solo un 6% del total de los ingresos, lejos del 9% que obtienen los mejores países.

«La productividad se puede mejorar mediante el desplazamiento de los impuestos hacia aquellas figuras que lastran menos la actividad [los expertos siempre hablan de subir indirectos y verdes y bajar IRPF y cotizaciones], elevar la competencia, reforzar los resultados educativos y mejorar la innovación», destaca la institución con sede en París. Además, en su opinión, «mejorar la movilidad laboral y el acceso a la Formación Profesional reduciría las desigualdades del mercado de trabajo e impulsaría las habilidades».

Esta vez la OCDE pone especial énfasis en mejorar los resultados educativos y el gasto en innovación e I+D. «Pese a reducirse, el abandono escolar sigue alto y hay que alinear mejor las habilidades de los trabajadores con las necesidades futuras del mercado laboral», sostiene. Es necesario que mejore la enseñanza en la universidad y el aprendizaje con prácticas en el trabajo. La Formación Profesional debe continuar modernizándose. El modelo de Formación Profesional Dual, que combina estudios con trabajo, tiene que expandirse. Y los empleadores deberían tener una mayor participación en formar a los estudiantes y diseñar los contenidos que se imparten.

Respecto al I+D, la OCDE defiende que se refuerce su evaluación; que los fondos se destinen menos a préstamos y más a subvenciones directas basadas en resultados y que se coordinen las políticas nacionales y las de las comunidades. Y pone el foco en el papel que juegan universidades. De ellas dice que se fomente una mayor especialización y tamaño. ¿Y cómo se hace esto? Según la OCDE, repartiendo los recursos en función los rendimientos obtenidos, sometiendo a la universidad española a un examen que la compare con las mejores prácticas internacionales, y ampliando las oportunidades para los investigadores cualificados.

Como ya es habitual en su recetario, la OCDE incide en la elevada temporalidad. Admite que el Gobierno ha creado un nuevo marco para supervisar los abusos y que los está persiguiendo con más inspectores. Y le anima a que continúe por ese camino. Pero también aboga porque se recorte la diferencia en las indemnizaciones de despido de temporales e indefinidos.

Por último, insiste en que se eliminen las barreras legales que existen al crecimiento del tamaño de las empresas, que se refuerce la Ley de Unidad de Mercado y que se liberalicen los servicios profesionales.

Fuente: El País