La llegada del AVE a Burgos, prevista para finales de este año, se retrasará al menos cinco meses debido a que el viaducto de Frandovínez sobre el río Arlanzón, recién construido, presenta fallos de estructura y debía ser demolido. Las obras de derribo acaban de comenzar. Este trabajo provocará un nuevo retraso en la llegada de la alta velocidad a la capital burgalesa, que ha visto como se demoraba en sucesivas ocasiones este proyecto, y que en el calendario del Ministerio de Fomento figuraba en las estaciones a estrenar este año junto a Castellón, Granada y Murcia.

A finales del año pasado Adif, la sociedad pública encargada de construir las líneas del AVE, realizó unas pruebas sobre este tramo de 180 metros de longitud en las que observó «deficiencias que ponen en evidencia incumplimientos de las prescripciones técnicas que exige a estructuras de estas características», según señaló la propia compañía. Al parecer, el viaducto no superó las pruebas de carga porque las resistencias del hormigón de la estructura construida eran inferiores a las exigidas en el proyecto.

Al tratarse de un defecto imputable al contratista, Adif ordenó a la sociedad adjudicataria la demolición del viaducto y su reconstrucción. Los contratistas son una UTE (unión temporal de empresas) formada por Adiante (antigua Altyum) y Torrescámara Cía de Obras. En un principio, trataron de evitar la demolición con soluciones menos drásticas como el reforzamiento de la obra pero Adif exigió la construcción desde cero para garantizar «la seguridad y funcionalidad de la estructura durante toda su vida útil».

Coste y plazos de la obra

Los contratistas comunicaron a Adif el pasado 26 de enero que se hacían cargo de la demolición y posterior reconstrucción del tablero del viaducto, una obra que costará 2,91 millones de euros. El proyecto elaborado por la UTE fue entregado a Adif el 16 de febrero, y tras la revisión y aprobación del mismo, en abril comenzaron los primeros trabajos con la ejecución de la losa de hormigón sobre la que se apoyará la grúa que se empleará para la retirada de las porciones del tablero, a medida que éste se vaya cortando.

Las obras de demolición se iniciaron a comienzos de mayo. Estos trabajos, que se prolongarán durante un plazo aproximado de dos meses, junto con la reconstrucción del tablero (otros tres) son el paso final para poder dar por finalizadas las obras del AVE a Burgos, según Adif. Las empresas adjudicatarias, a preguntas de este periódico, se han limitado a señalar que suscriben la versión del Ministerio de Fomento y de Adif.

Cinco meses más de retraso

Este nuevo inconveniente retrasará otros cinco meses la llegada del AVE a Burgos, prevista inicialmente para este verano, pero que luego se demoró hasta finales de año, al detectarse deficiencias en algunos puntos del tramo Venta de Baños-Burgos. Ahora, con el nuevo incidente del viaducto, el estreno de la alta velocidad tendrá que esperar al menos hasta casi el verano de 2019.

El viaducto sobre el río Arlanzón, ubicado entre los términos municipales burgaleses de Frandovínez y Buniel, en el tramo Venta de Baños y Burgos, es una estructura de hormigón pretensado de 180 metros de longitud que se apoya sobre dos pilas y dos estribos, creando tres vanos (espacio entre pilas) con luces que van de los 50 a los 80 metros.

El tablero, de tipología cajón monocelular, es continuo y de sección variable, y se ejecutó in situ con el empleo de una cimbra porticada. Por su parte, el subtramo Estépar-Variante Ferroviaria de Burgos tiene una longitud de 11,5 kilómetros y discurre por los términos municipales de Estépar, Cabia, Frandovínez, Buniel y San Mamés de Burgos.

Fuente: El País