La Junta General Extraordinaria de Accionistas de PRISA aprobó este miércoles una profunda renovación del consejo de administración para afrontar la nueva etapa que enfrenta el grupo con el relevo de Juan Luis Cebrián al frente de la compañía, y su sustitución por Manuel Polanco.

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El primer hito de esta renovación tuvo lugar este miércoles con el cese de los consejeros independientes Gregorio Marañón, José Luis Leal, Alain Minc, Elena Pisonero y Alfonso Ruiz de Assin. La propuesta no figuraba en el orden del día y fue introducida para su votación por un accionista, que tomó la palabra para resaltar la necesidad de que el grupo PRISA mantenga su independencia y los valores fundacionales. El cese de estos cinco consejeros, aunque votado por separado, obtuvo, con muy ligeras variaciones, el 56,4% de votos a favor, 25,8% en contra y 17,6% abstenciones en cada una de las votaciones.

Por otra parte, los consejeros Glen Moreno y Ernesto Zedillo presentaron su dimisión antes del inicio de la junta.

En el turno de ruegos y preguntas, intervino el consejero Joseph Oughourlian, representante del fondo Amber Capital, propietario del 19% del capital, que criticó la gestión de Cebrián al frente del grupo, y pidió su cese. Anunció que su fondo votaría en contra de todas las propuestas de la junta, incluyendo la ampliación de capital y el plan de incentivos en acciones para el presidente ejecutivo, y también se manifestó en contra del nombramiento de Cebrián como presidente de la futura fundación y del periódico EL PAÍS.

Cebrián respondió que Amber es una entidad “a la que los medios denominan fondos buitre”, que en ocasiones ponen los intereses de sus socios por encima del de las compañías, y se dedican a destruir valor.

A continuación, tomaron la palabra los consejeros independientes José Luis Leal, Gregorio Marañón y Alain Minc, que pidieron explicaciones sobre la propuesta de cese de varios consejeros independientes que no figuraba en el orden del día.

También intervino Roberto Alcántara, el inversor mexicano que posee el 9,3% del capital, de PRISA, que defendió que, pese a la delicada situación financiera, el Grupo no se hubiera desprendido de Santillana, y aseguró que nunca ha sufrido ningún tipo de presión por parte del equipo gestor. Pidió que tras la ampliación de capital entren nuevos accionistas y se designen nuevos consejeros.

Fuente: El País