Alex Summers era el captador, Sebastián Rodríguez un experimentado bróker y Sonia Brown hacía las funciones de administradora. Lo que suena a elenco de una película son en realidad los nombres ficticios de estafadores profesionales. Bajo los semblantes de trabajadores de renombradas (y autorizadas) plataformas de inversión prometen a sus víctimas altas rentabilidades en Bolsa. Cuando llega el momento de devolver las cantidades invertidas, algo falla. Un patrón que se repite constantemente. Miguel Ángel Fernández, transportista de 50 años, intentó varias veces rescatar los 41.500 euros que invirtió en la web Investing Pro antes de convencerse de que era un timo y denunciar. Ahora sabe que no es la única víctima, y que centenares de personas han caído en la trampa.

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“La página parecía real”, asegura Fernández. “Al principio le dijeron que invirtiera 5.000 euros; una persona le llevaba la cuenta y a la vez le enseñaba cómo ser bróker”, cuenta su esposa, Jessica González. Ella fue la primera en notar que había algo sospechoso: “Luego llegó otra bróker que se ganó su confianza. Pero cuando fue el momento de sacar el dinero, desapareció”. Y empezó la odisea: Fernández vio cómo de repente perdía todo lo que había invertido y cómo al otro lado del teléfono le animaban a meter más dinero para recuperarlo. Su mujer decidió entonces investigar: “Resulta que era todo una estafa”, cuenta.

El 8 de octubre, las sociedades a través de las cuales operaba la plataforma que estafó a Fernández (Kyoto Limited LTD y Milton Group LTD) fueron señaladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como chiringuitos financieros, entidades que operan ilegalmente al no estar ni registradas ni autorizadas para prestar servicios de inversión. En los meses anteriores pasó lo mismo con muchas otras plataformas: Cryptobank, Carterfs, Capital Markets Banc, Easy Line Pro o Axecc. El supervisor dice que es un no parar. Tan solo en 2017, detectó 500 chiringuitos financieros, 53 de ellos en España. Hasta el actual ministro de Exteriores, Josep Borrell, denunció en 2016 haber sido engañado

Fernández buscaba una alternativa al camión tras sufrir un grave accidente que le obligó a la baja durante un año. Trasteando por Internet, se topó con lo que pensaba podría solucionar sus problemas: una plataforma de inversión que ofrecía formación para ser bróker. Picó. “Al principio llaman muchas veces para coger confianza”, explica por teléfono la abogada de Fernández, quien pide mantener el anonimato tras recibir amenazas. “Tenemos localizadas varias de estas páginas y creemos que muchas están vinculadas entre ellas”.

En abril, la Policía Nacional arrestó a 79 personas y desmanteló una organización que operaba desde Madrid y Málaga a través de páginas web aparentemente fiables. Estafaba dinero a sus víctimas prometiéndoles que lo invertiría en Bolsa. Entonces se estimó que la cantidad defraudada desde que arrancó la investigación alcanzaba los 2,5 millones de euros, pero que en conjunto la cifra rebasaría los 12 millones. Uno de los nombres con el cual operaba es Stockscall, plataforma que también contactó con González y que está señalada como chiringuito financiero por la CNMV. 

“[Los integrantes de la banda] están en libertad con cargos, pero tenemos indicios de que han vuelto a estafar”, dice el abogado Francisco Javier Hernández, gerente de misletrados.com. Es tan fácil como sacar una página web con otro nombre: “Algunas son estafas de inversiones, otras piramidales y otras estafas puras y duras. El común denominador suele ser la captación por redes sociales, plataformas… Luego bombardean de llamadas a las víctimas y les enseñan presuntas ganancias que van creciendo hasta que piden la devolución. Entonces se producen pérdidas y les dicen que si quieren recuperar deben invertir más”. Su despacho lleva los casos de decenas de ahorradores que han reclamado o denunciado a distintas empresas, no todas señaladas por la CNMV. Entre ellas están ARC Global Trader —el “asunto estrella”, con 17 millones de euros estafados—, Capital Markets Bank, Carterfs, Plustocks, IronFx o Matador Prime. 

Denunciar no garantiza recuperar lo invertido, pero se puede lograr bloquear la cuenta de los estafadores, asegura el letrado. Fernández ya se ha hecho a la idea de que no volverá a ver su dinero: “Lo que me da rabia es que tardé 30 años en ahorrarlo y medio en perderlo”.

La pesadilla no acaba con la denuncia

Juan García cayó antes en las garras de Capital Markets Banc y después en las de Investing Pro. Empezó a dudar cuando la supuesta bróker con la cual estaba en contacto le dijo que suspenderían su cuenta porque sospechaban que hacía trampa para ganar más dinero. “Encontré un foro donde había más de 60 estafados, puse un comentario y me llamaron de la plataforma diciendo que no iba a recuperar nunca más mi dinero”, cuenta este hombre de 30 años que pide usar un nombre ficticio. “Desde entonces me declararon la guerra”.

Sus interlocutores se pusieron agresivos y García decidió grabar las llamadas: “Me decían que no les iban a pillar, que nosotros no sabíamos nada de ellos pero que ellos sí tenían nuestros datos”. A la vez empezaron a contactarle de otras plataformas preguntándole si tenía experiencia en los mercados financieros y animándole a invertir. El teléfono no dejó de sonar tampoco después de que interpusiera una denuncia a principios de octubre: “Es un acoso constante”.

Otros, como Fernández y González, siguen recibiendo llamadas de supuestas empresas especializadas en recuperar dinero estafado a cambio de un porcentaje. “Me llamaron haciéndose pasar por la SEC [la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos], diciéndome que nos ayudarían a recuperar el dinero pero que teníamos que retirar la denuncia”, cuenta González. Ha creado un grupo de WhatsApp de afectados que no para de sonar: “A algunos nos andan amenazando, es una trama muy seria”. Y está convencida de que muchos todavía no saben que han sido engañados

Fuente: El País