Que las cosas se hagan solas. No es el superpoder más mediático, pero nos ha obsesionado siempre. Mary Poppins ordenando la habitación. Los duendes fabricando calzado mientras duerme el zapatero. Las fregonas vivientes del aprendiz de mago de Fantasía. La hija del molinero convirtiendo la paja en oro. La cuarta revolución industrial. El sistema que gestiona finanzas y recursos humanos en más de 200 de las empresas que ocupan el Fortune 500.

De Workday salen por igual -y de la misma aplicación- aprobaciones de vacaciones, reportes de rendimiento, hojas de resultados, aprobaciones salariales, periodos de cobro, sugerencias personalizadas de evolución profesional y analítica de todo lo que tiene que ver con la gestión que la empresa hace de sus personas y su dinero.

  • Todos los sectores

Hacemos finanzas y recursos humanos en la nube

Chano Fernández, Workday

“Ahora mismo tenemos 1.800 clientes y ningún proyecto fallido”, celebra Chano Fernández, vicepresidente ejecutivo de Workday. En esa masa de socios confiando sus engranajes empresariales a esta empresa se encuentran: Google, Facebook, Siemens, HP, Amazon, TripAdvisor, Adobe, Unilever, Netflix, Fujifilm, Goodyear y tropecientas más.

¿Cuál es la receta de este éxito que ignora las fronteras sectoriales y seduce por igual a los titanes clásicos y a los de la era digital? “Hacemos finanzas y recursos humanos en la nube. Automatizamos procesos, damos visibilidad y ayudamos a la toma de decisiones en la empresa”, resume el vicepresidente. Pero esto no suena tan nuevo.

Que se lo pregunten a Alfonso Díez, líder global de recursos humanos para Nissan-Renault. Con veinte años de experiencia en un sector que, afirma, nunca ha dejó de transformarse, ha visto cómo Nissan pasaba de ser un archipiélago disperso de empresas japonesas a una compañía de automoción con presencia global, al unir sus fuerzas con Renault. «Entonces empezamos a desarrollar sistemas regionales de recursos humanos», recuerda. «En ese momento no éramos innovadores. Para muchos temas de talento y reportings seguíamos teniendo un montón de excels y powerpoints». De aquello ya no queda nada. Todo está en Workday. «El principio que nos guía es que si este proceso funciona para otra empresa, ¿por qué no iba a funcionar para Nissan?», explica Díez.

  • Alma estadounidense

En el despliegue de Workday para su puesta de largo anual con los socios europeos, el DJ de la entrada y las luces, el humo, y hasta las guitarras y los bailarines previos a los discursos de aperturas de la jornada se nota que la compañía coronó otro año de balances ampliamente positivos y sus raíces norteamericanas. La empresa nació en California, con la vista clavada a sus vecinas más innovadoras. “No nos interesaba lo que estaban haciendo otras empresas de finanzas o recursos humanos business to business (b2b). Miramos a lo que estaba haciendo Facebook, Google, eBay, Yahoo… Todos clientes nuestros. Cómo estaban interactuando con los usuarios finales, que al final son personas, y cómo los estaban enganchando”, explica Fernández.

El truco son, parece, las personas que están en el otro extremo. Y lo que Workday ha dado en llamar the power of one, el poder de uno. La aplicación está en una única versión que se actualiza cada seis meses manteniendo al día a toda la comunidad de usuarios. “La nube empieza por tener a todos los clientes en la misma versión del software. Te llames Siemens, Airbus, Repsol o AstraZeneca o seas una empresa pequeña. Todas estas empresas tienen una única interfaz para finanzas y recursos humanos. Una única versión de seguridad y privacidad y todas las aplicaciones integradas en sus procesos de manera muy flexible».

Y al final de todo está un móvil que lo mismo compra material, que añade una factura externa, que inicia un proceso de contratación, que busca oportunidades de promoción laboral. «Workday es un engranaje de transformación digital. Pero al final del día, nosotros no digitalizamos las empresas, son las personas las que contribuyen a ese cambio. Por eso es importante que la tecnología sea intuitiva y sencilla», reconoce el vicepresidente global de operaciones.

  • Cambio de hábitos

¿Cómo se convence a quien lleva veinte años haciendo las cosas de otra manera? Según Fernández, dejando claras las ventajas. Según Alfonso Díez, con dos orejas y una boca: «Para entender y ayudar al negocio has de estar con el operario, observarlo y entenderlo. Ir físicamente o como sea, pero comprender el escenario en el que pasan las cosas y ser humilde en el proceso», asegura.

Resistirse a la digitalización puede ser razonable si la empresa tiene otras prioridades en este momento o si carece de los recursos para emprender el cambio, explica Fernández, que también está convencido de que el momento llegará para todos los reacios: «Muchos recién llegados están disrumpiendo sus modelos de negocio. Eso es lo que está forzando a muchas empresas a cambiar. Tarde o temprano tendrán que hacerlo».

¿Y para los próximos veinte años? Díez ni se lo plantea. «Hace tanto que no pienso a veinte años… Si hace diez me hubieran dicho que íbamos a acceder al control de tiempo desde el smartphone, no me lo habría creído. Lo que tenemos que hacer es ser ágiles y tácticos, y seguir aprendiendo».

Fuente: El País