Hace dos años, el ilustrador Dani Riera tuvo un momento de inspiración al ver jugar a sus hijos con una botella emulando un cohete. Se le ocurrió entonces la posibilidad de crear juguetes reutilizando envases. Y así nació DLand, creada por Riera y su compañero Tirou Nimaga. Botellas, latas y tetrabricks convertidos en ciudades en miniatura para la diversión y la concienciación ambiental de los niños. El recubrimiento es una malla textil hecha con materiales reciclados. Eso basta para crear un juguete a partir de algo que va a parar a la basura, o peor, al mar.

“Nos gustaria que las grandes marcas, que son los que fabrican estos envases, vieran en DLand una forma de frenar esa vorágine de envases convertidos en residuos”, afirma Àngel Pérez, director de marca de DLand. Así es como esta pequeña empresa piensa en dar otra dimensión al proyecto. “El juguete ofrece muchas posibilidades didácticas como la educación vial y el aprendizaje de los mas pequeños”, asegura Pérez. Además, por cada juguete vendido, la empresa dona otro a familias necesitadas.

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Fuente: El País