La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha impuesto una multa de 60.000 euros al expresidente de Campofrío Pedro Ballvé por comunicar a terceros información privilegiada para que compraran acciones de la compañía.

En una resolución fechada el pasado 18 de septiembre y divulgada hoy en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el supervisor bursátil también sanciona a la Fundación laboral Sonsoles Ballvé -creada por los fundadores Campofrío en 1974 para prestar apoyo social a empleados- con 136.000 euros y a su presidente, Miguel Angel Ortega Bernal, con otros 30.000 euros.

Tanto la Fundación como su presidente han sido multados por «la utilización indebida de información privilegiada sobre Campofrío Food Group en la adquisición de acciones de esta sociedad», mientras que la pena a Pedro Ballvé se debe precisamente a la «comunicación» de este tipo de información a terceros.

A estas tres infracciones de tipo «muy grave» se suma otra de carácter «grave» a Miguel Angel Ortega Bernal por valor de 30.000 euros también por estos mismos hechos. Desde la CNMV no han precisado cuándo se produjo la adquisición de acciones investigada, aunque sí han confirmado que la resolución de hoy es independiente de otra sanción impuesta a Pedro Ballvé en 2017, en ese caso por una operación de compraventa de títulos propios efectuada en 2012.

Concretamente, en julio del año pasado el regulador bursátil decidió multar con 30.000 euros al expresidente de Campofrío por una infracción muy grave de manipulación de mercado de sus propias acciones de la empresa.

En dicho expediente también sancionó con 120.000 euros a la propia compañía, con 50.000 euros a la entidad intermediaria de la operación -Calimat 10-, con 30.000 euros al administrador único de esta última, Carlos García Sebastián, y con 50.000 euros más al banco Mediolanum por no haber informado de dichas operaciones sospechosas de manipulación del mercado. Ballvé, hijo del fundador del grupo cárnico, ostentó la presidencia de la compañía entre 1985 y 2017.

Campofrío es hoy propiedad de la firma mexicana Sigma Foods, subsidiaria de la empresa Alfa, después de la OPA que lanzó por la cárnica española en 2014.

Fuente: El País