Están emergiendo señales de humo preocupantes de Turquía. El quinto mayor banco por activos del país, Akbank, ha lanzado una emisión de derechos con grandes descuentos para reforzar su balance. La desaceleración económica en curso hace que sea una medida acertada. El cóctel de deudas incobrables crecientes, mayores costes de financiación y desajustes de pasivos significa que los prestamistas afrontarán más sufrimiento financiero en el año venidero.

La emisión de derechos aumentará el número de acciones de Akbank en un 30%, y su precio es aproximadamente un 60% inferior al precio teórico de las acciones ex-derechos, según nuestros cálculos. Este descuento tan importante sugiere que Akbank está deseoso de hacerlo lo antes posible, al igual que la promesa del accionista de control del banco de comprar los derechos no adquiridos.

Akbank dice que la medida no tiene nada que ver con el pánico y todo que ver con garantizar la resiliencia. Eso es bastante convincente. En primer lugar, la emisión de derechos equivale a un relativamente modesto 10% de la capitalización bursátil del banco antes del anuncio. En segundo lugar, la ratio de capital común Tier 1 del prestamista, después de la emisión de derechos, se elevará a un saludable 13,6% desde su actual 12,8%.

A pesar de las turbulencias económicas y de mercado que afectaron a Turquía a principios de este año, la rentabilidad de sus bancos se ha mantenido en su mayor parte. La rentabilidad de los fondos propios de Akbank, Yapi Kredi, copropiedad del italiano Unicredit, y Garanti, propiedad de BBVA, se sitúa en torno al 15%. Pero es probable que la situación se deteriore.

El Fondo Monetario Internacional estima que el PIB apenas crecerá el próximo año. Los precios al consumo están aumentando a una tasa anual de más del 21%, lo que implica una menor demanda de crédito. Los costes de financiación están subiendo. Y, algo que debe preocupar en cuanto a la calidad del crédito, una lira débil hace que el servicio de préstamos en moneda extranjera –más de dos quintas partes de los préstamos brutos de los bancos– sea más caro para los prestatarios.

Es cierto que actualmente los bancos pueden señalar la mísera tasa de morosidad de poco más del 3%. Sin embargo, los analistas de Fitch estiman que la proporción de préstamos de bajo rendimiento –aquellos que muestran signos de estrés pero que aún no se han declarado en default– es un notable 8,5% en los siete prestamistas más grandes. Esto hace que sea más probable que se produzca un aumento significativo en las provisiones de deudas incobrables, además de la presión sobre los ingresos.

Tras un descenso de los precios de entre el 22% y el 41% este año, las acciones de Akbank, Garanti y Yapi Kredi cotizan por debajo de su valor contable tangible estimado, según los datos de Refinitiv. Superficialmente, eso parece demasiado bajo para bancos que obtienen rendimientos de dos dígitos. Pero, como indica la emisión de derechos de Akbank, las preocupaciones de los inversores probablemente estén justificadas.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días