Entre los estudiantes universitarios españoles son muy populares ciertas webs donde se descargan apuntes e intercambian comentarios sobre los profesores. En el caso de Juan Sánchez-Calero, de 62 años, catedrático de Derecho Mercantil por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), las opiniones retratan a un hombre estricto pero ordenado, que hace exámenes exigentes pero superables si se ha acudido a clase y se han seguido las lecciones con interés: “Es muy simpático y explica muy bien. Las clases son divertidas y amenas. Sigue su manual, sabe muchísimo y se nota”, comenta un exalumno. Ahora está previsto que Endesa lo ratifique como presidente en el consejo de administración del próximo 12 de abril.

Sánchez-Calero alcanzó la condición de catedrático de la Facultad de Derecho de la UCM en 1997. Hoy pocos lo recuerdan, pero apenas un año antes el apellido Sánchez-Calero copó las páginas de los diarios gracias a la notoriedad alcanzada por su defendido más célebre: el banquero Mario Conde. Tras años de litigio, este fue hallado culpable del agujero de 3.636 millones de euros que obligaron al Banco de España a intervenir Banesto el 28 de diciembre de 1993. Fue condenado a 20 años de cárcel. Los Sánchez-Calero (tanto el padre, Fernando, como Juan) se volcaron con la causa tras la renuncia del anterior abogado, Mariano Gómez de Liaño. La defensa del banquero sostuvo entonces que la actuación del Estado había sido arbitraria.

Tras el fallecimiento de Fernando Sánchez-Calero en 2011, el propio Conde firmó en La Gaceta un obituario recordando agradecido a sus dos defensores: “Llegaron los momentos duros, muy duros a partir de la decisión política de intervenir el banco. La comunidad jurídica española, por emplear un término algo grandilocuente, percibió la peligrosidad de dedicarse a defender jurídicamente lo que fue ejecutado políticamente. El profesor Sánchez Calero –y su hijo Juan– no lo dudaron. Pero lo sufrieron”.

Tras aquel caso mediático, el perfil bajo y la discreción han sido algunas de las señas de identidad de la firma, lo que no ha estado reñido con una trayectoria destacable para su socio más antiguo. Juan Sánchez-Calero es considerado una eminencia en derecho mercantil, especialmente en ámbito del derecho societario. Ha participado en la elaboración de leyes como la de oferta pública de adquisición de acciones, entre otras, y es codirector del máster de Derecho de los Negocios Internacionales (UCM) y director del Seminario Harvard-Complutense que desde 2003 se imparte en la Harvard Law School de Massachusetts. Habla inglés, alemán e italiano. Este último detalle no es baladí: es precisamente Enel, compañía que tiene su sede corporativa en Roma y que ostenta el 70,1% de las acciones de Endesa, quien ha sacado el nombre de Juan Sánchez-Calero de nuevo a la palestra.

“Los mercados han recibido el nombramiento con bastante indiferencia. Si ha habido movimientos bursátiles en Endesa, desde luego no han sido a causa de la nueva presidencia de Sánchez-Calero”, afirma un experto. La razón de que esto haya sido así es clara: es bien sabido que las funciones de Sánchez-Calero al frente de la entidad se van a circunscribir al ámbito de la representación frente a la instituciones, recayendo el peso de la gestión interna de la empresa en José Bogas, consejero delegado de la entidad. Solo así se explica que un hombre acostumbrado a moverse sobre todo entre alumnos, togas y manuales de derecho mercantil vaya a presidir una de las tres grandes eléctricas en España junto a Iberdrola y Naturgy.

“Algunas compañías importantes como Ferrovial han caminado hacia este esquema de distinguir las funciones representativas del presidente y la ejecutiva del consejero delegado. Se considera un movimiento positivo en términos de transparencia de la empresa. Esto no quita para que otras como Iberdrola, competencia de Endesa, sigan concentrando en la misma persona ambas funciones”, explican estas mismas fuentes.

La presidencia de Sánchez-Calero se desarrollará en mitad de un cambio de paradigma en el sector, con la entrada en vigor en 2021 de una ley que obligará a sustituir las centrales de carbón por otros tipos de energía. Endesa, que ahora mismo marca máximos históricos de cotización, buscará reubicarse en la nueva situación sin perder su posición hegemónica. Es ahí, lidiando con instituciones y normativas, donde los extensos conocimientos de Sánchez-Calero en leyes que atañen a empresas resultarán de gran importancia. “A nadie se le escapa que las eléctricas hacen lobby y tienen capacidad de presionar. Pero ahora, tras la última reforma del PSOE, estas cuestiones las regula la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. No está claro si esta vez podrán conseguir poner un poco a su favor la normativa”, concluyen los expertos.

Fuente: El País