El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, anunció este lunes que construirá en Extremadura, hasta 2022, plantas de energía renovable de hasta 2.000 megavatios (MW) de potencia, el equivalente a la que tienen los dos reactores de la central nuclear de Almaraz (Cáceres), de la que posee el 53%. El cierre de esta planta está programado para 2028, con la ampliación de su vida útil, una vez que firme la petición de renovación con sus socios, Naturgy (11%) y Endesa (36%), que se discutirá este martes por cuarta vez.

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Si Iberdrola y sus socios terminan de firmar la solicitud de ampliación de la vida útil de Almaraz, la central tendría trabajo asegurado para 25 años más, dijo Galán, entre la ampliación y el desmantelamiento de la instalación. Sobre la posibilidad de que finalmente se amplíe el periodo de funcionamiento de la central, Galán recordó que las tres empresas ya han firmado el protocolo con la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) y espera que se honre lo firmado («lo escrito, escrito está», dijo). No obstante, las tres deben ratificarlo en la asamblea de accionistas de la central, y ahí la semana pasada Endesa se negó, por discrepancias con sus socios. Hoy se reúnen de nuevo y deben acordar la renovación antes del 31 de marzo.

Pese a que son socios en Almaraz, la apuesta por Extremadura de Iberdrola supone un órdago a su principal competidor, Endesa, que también tiene intereses en la región. Galán anunció la instalación de 2.000 MW en renovables hasta 2022, de los que 500 MW corresponden a la «megainstalación» fotovoltaica Núñez de Balboa, que ayer inauguró Galán junto al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. Este aprovechó el evento para reclamar «medidas alternativas reales» para la comarca del Campo Arañuelo, donde está ubicada la central de Almaraz. Para alivio del presidente extremeño, la eléctrica anunció que construirá en la región un total de ocho instalaciones fotovoltaicas y eólicas, dos de ellas en la comarca cacereña donde se ubica la central de Almaraz.

Según detalló Galán, el parque Núñez de Balboa será el mayor campo fotovoltaico de Europa y podrá suministrar energía limpia a 250.000 personas, por encima de la población conjunta de Cáceres y Badajoz. La planta, que estará operativa en septiembre de 2020, está situada entre los términos municipales de Usagre e Hinojosa del Valle (Badajoz) y cubre una extensión de 1.000 hectáreas, el equivalente a 1.200 campos de fútbol u ocho veces el parque del Retiro de Madrid. La inversión estimada asciende a 290 millones de euros y dará trabajo a 1.000 personas durante su construcción.

Unas 850 hectáreas del complejo fotovoltaico, que ya se ha empezado a construir, estarán cubiertas con 1,43 millones de paneles solares. Para ellos, se instalarán 288.000 cimentaciones. El peso es de 12.100 toneladas y contará con más de 2.000 kilómetros de cables de media y baja tensión. La producción anual prevista es de 832 gigavatios hora (GWh), que alimentarán la subestación cercana de Bienvenida. Según fuentes de la empresa, la planta evitará la emisión de 215.000 toneladas de CO2 al año.

Inversión en renovables

Galán subrayó que las instalaciones extremeñas son muestra de la apuesta clara de Iberdrola por las energías limpias, sostenibles y competitivas. En ese sentido, la eléctrica tiene previsto invertir 8.000 millones de euros en este tipo de energía hasta 2022, un 40% más de lo inicialmente contemplado en el plan estratégico, y desarrollar hasta 2030 al menos 10.000 MW solares y eólicos, lo que supone casi triplicar la potencia actual en estas tecnologías. Estas inversiones supondrán la creación de 20.000 empleos, según la eléctrica.

Para 2022, ya habrá puesto en marcha 3.000 MW, un 52% más de la capacidad actual, incluyendo los 2.000 de Extremadura. Además, tiene nueve proyectos en Castilla y León, siete en Castilla-La Mancha, dos en Aragón y Andalucía y uno en Navarra, Murcia y Madrid.

Iberdrola tiene en la actualidad una capacidad instalada de 47.448 MW, de los que 29.177 son renovables. La facturación en 2018 llegó a 35.076 millones de euros, con un beneficio neto de más de 3.000 millones.

Fuente: El País