Reducir los gastos de la vivienda, revalorizar su precio y abaratar la factura eléctrica. Si las ventajas al conseguir estos objetivos son evidentes, el camino para alcanzarlos —una rehabilitación del inmueble que vaya más allá de un simple lavado de cara— se puede hacer cuesta arriba, sobre todo por el coste que puede suponer. Las nuevas ayudas para reformar casa del Plan de Vivienda para el período 2018-2021, junto con unos préstamos expresamente dedicados a ello, sin embargo, constituyen un buen incentivo para poner manos a la obra.

Capas aislantes en el exterior

El aislamiento térmico es una de las grandes reformas posibles y una de las más necesarias, ya que la práctica totalidad de las viviendas españolas sufre pérdidas de calor innecesarias en invierno a causa de la ineficiencia energética, según el fabricante de material aislante Danosa. La forma más sencilla para conseguirlo consiste en superponer una capa aislante en el exterior del inmueble mediante adhesivos de construcción o fijaciones mecánicas.

Más allá del mejor confort de quienes viven en inmuebles reformados, el aislamiento térmico es una buena inversión, puesto que por cada euro que se gasta en ello, se ahorran siete, según un estudio de la Asociación ibérica de poliestireno extruído (Aipex). Lo que equivale a una amortización de los costes en los cinco años sucesivos a las obras.

Un ahorro de 1.500 euros en la factura eléctrica

Ya que el consumo de energía supone un hasta un 13% de los gastos del hogar, la Agencia para la Rehabilitación de los edificios calcula que la apuesta para un inmueble energéticamente eficiente se puede convertir en un ahorro de unos 1.500 euros al año en el recibo de la luz. “Solo una rehabilitación del aislamiento de cubiertas y fachadas de un bloque de viviendas puede reducir su consumo entre el 50% y el 65%”, subraya Carlos Castro. El experto en eficiencia energética de Danosa hace hincapié en los beneficios medioambientales que derivan de un buen aislamiento térmico, que redunda en una disminución de más del 20% de las emisiones contaminantes.

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A su vez, la instalación de paneles fotovoltáicos, por la que aboga el decano del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), José María Ezquiaga, garantizaría a la vivienda un suministro limpio de energía. Ezquiaga señala también que “es imprescindible comprobar si las tuberías y la red eléctrica y de gas están en condiciones y cumplen la normativa vigente”, por los grandes riesgos que supondrían, para el usuario, si fueran obsoletas.

Contra agentes externos y ruidos

Otro aspecto en el que focalizarse, añade Castro, es la protección de las viviendas ante la lluvia, la nieve y las humedades del terreno. Por ello, “para proteger su estructura y conseguir una correcta habitabilidad, es importante renovar la impermeabilización de los edificios,” afirma. Asimismo, las viviendas deberían estar aisladas acústicamente tanto hacia el exterior como entre ellas, si se trata de pisos de un mismo inmueble, para evitar los ruidos indeseados que provocan falta de descanso y de intimidad.

Pese a que la reforma de una vivienda no supone solo un ahorro en los gastos, sino también un incremento de su valor que oscila entre un 20% y un 25%, según los expertos, el coste de las obras es un serio obstáculo para muchos, aunque se acometan cada vez más. Casi un millón y medio de viviendas se reformaron el año pasado en España, un 2,3% más que en 2016, estima la Asociación nacional de distribuidores de cerámica y materiales de construcción (Andimac). Una tendencia alcista, consecuencia del aumento de las compraventa de casas, casi todas de segunda mano, un 70% de las cuales pasa por una reforma “antes o después”, según la asociación. Andimac calcula que el año pasado solo la compraventa de casas usadas motivó la reforma de 337.378 viviendas, un 17% más que en 2016 y un 13% más que hace una década.

Ayudas y préstamos

En este contexto, los expertos indican que un nuevo impulso proviene de las nuevas ayudas del Plan Nacional de Vivienda para este cuatrienio, recién aprobado, y que asigna 3.000 euros por vivienda para obras de conservación y 12.000 euros por casa unifamiliar o 8.000 euros por piso, en el caso de mejoras energéticas. Estas ayudas, destinadas a propietarios de viviendas habituales acabadas antes de 1996, no pueden representar más del 40% del importe invertido. De ellas podrían aprovecharse unos 13,7 millones de viviendas, lo que equivale al 55%, calcula Andimac.

En lo que se refiere a la financiación privada, el comparador bancario iAhorro señala la existencia de préstamos expresamente concebidos para la rehabilitación de viviendas, aunque aquí deberás tener cuidado con el coste de los intereses y leer bien la letra pequeña.

Hay muchos préstamos para reforma. Cetelem, por ejemplo, tiene un producto dedicado a estas labores, el Préstamo Reforma, que otorga desde 3.000 euros a 50.000 euros, que se tendrán que devolver en un plazo de entre tres y 60 meses, con un TAE del 6,12%. Crédito sostenible de Bankia, destinado exclusivamente a reformas que mejoren la eficiencia energética, es de hasta 60.000 euros. Este importe se tendrá que reembolsar con un TAE del 6,17% en ocho años como máximo. Big Bank propone el Préstamo Hogar, que permite recibir en 48 horas entre 1.000 euros y 15.000 euros, que se devolverán en un plazo de entre uno y cuatro años. El TAE en este caso es más alto, un 9,46%.

Fuente: El País