La batalla por el contenido se pone seria entre los gigantes de Estados Unidos. Disney, Comcast y Verizon están interesados en hacerse con los activos de producción de películas y series de Twenty-First Century Fox, el grupo de medios de la familia Murdoch. Mientras, AT&T y Time Warner tratan de sacar adelante la fusión que anunciaron hace un año. El movimiento revela las nuevas fuerzas que mueven el negocio del entretenimiento tras la irrupción de las plataformas Netflix y Amazon Prime.

Los grandes titanes de la industria de medios quieren preservar así tener el control de la relación con el consumidor. La primera en mover ficha e interesarse en activos de producción de Twenty-First Century Fox fue Disney hace diez días. Disney es ya dueña de los estudios Pixar, Marvel, Lucasfilm y Disney Animation, además de las cadenas ABC y ESPN. Está viendo desde hace dos años cómo las suscripciones a los servicios de televisión por cable se reducen, lo que afecta a sus resultados. Disney y Fox son dos de los mejores creadores, compradores y distribuidores de contenido del mundo, con activos muy difíciles de replicar.

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Por otra parte, este viernes ha trascendido que el operador de cable Comcast —que controla la cadena NBC y los estudios Universal— y la compañía de telecomunicaciones Verizon —dueña de Yahoo y AOL— han entrado también en contacto con el grupo de medios de la familia Murdoch interesados en activos de Fox.

El grupo de Murdoch todavía no ha manifestado sus intenciones de vender o no. Las conversaciones son muy incipientes, pero la dirección es clara. Las plataformas streaming fueron una vía que usaron los grandes conglomerados para colocar el contenido que se acumula en los archivos. Así nació Hulu (que comparten la ABC, NBC y Fox, junto a Time Warner). Pero Netflix y Amazon depende cada vez menos del catálogo de las cadenas y atrae a directores como Martin Scorsese y Woody Alen.

La relación empezó a romperse el pasado verano, cuando Disney anunció el fin del acuerdo que tiene con Netflix. En la batalla que se libra por la distribución del contenido están también Google, dueña de YouTube, y Facebook, que ven en la producción audiovisual una nueva fuente para generar ingresos publicitarios. Twitter y SnapChat se presentan, por su parte, como compañías de medios.

El acercamiento de Disney a Fox, por tanto, tiene sentido. Bob Iger, su consejero delegado, explicó hace una semana durante la presentación de los resultados que su plataforma streaming estará funcionando en 2019 y tendrá un precio inferior al abono de Netflix. La casa del ratón Mickey, sin embargo, ofrece un contenido más orientado a la familia. Y el de Fox, más ecléctico, le ayudaría a completar su catálogo.

¿Y el interés de Comcast? Además de los estudios de cine y televisión, Twenty-First Century Fox controla los distribuidores Star y BSkyB junto a las cadenas de entretenimiento National Geographic y FX. Comcast ganaría acceso a su red de distribución global. Pero, como en el caso de Disney, no podría controlar dos cadenas generalistas a la vez. Eso dejaría fuera los programas de noticias, deportes y las cadenas locales.

Por su parte, Verizon, el mayor operador de telecomunicaciones del país, está muy interesado en dotarse de contenido propio que pueda distribuir a sus abonados al servicio de Internet de banda ancha y los usuarios de móvil. Es lo que está haciendo su rival AT&T con Time Warner. La gran pregunta es qué hará ante estos movimientos el grupo Viacom y CBS, que podrían convertirse en una alternativa.

Las acciones de Twenty-First Century Fox acumulan un incremento del 25% desde el pasado 6 de noviembre. Un acuerdo con alguno de sus pretendientes concentrará más el imperio que creó Rupert Murdoch, que ahora gestionan con sus hijos James y Lachlan. En Wall Street se especula con que podrían volver a reunificar los canales de televisión con el negocio editorial, que separó en 2014.

Examen de competencia

El acercamiento de los tres titanes al grupo de medios controlado por la familia Murdoch debe concretarse aún. La industria está pendiente de ver el desenlace final en la fusión entre AT&T y Time Warner. Se trata de una integración vertical, como la que protagonizó Comcast con NBC Universal. El regulador de la competencia en EE UU, sin embargo, quiere que se desprendan de algunos activos.

AT&T controla el operador de televisión vía satélite DirectTV. Time Warner, por su parte, es la matriz de CNN, HBO y Warner Bros. La intención es que la operación se cierre en marzo. Pero si no resuelven los problemas de competencia, se iniciará una batalla legal con el Departamento de Justicia. Su solución servirá a los otros conglomerados para definir sus planes por los activos de Twenty-First Century Fox.

Fuente: El País