Los Boeing 737 MAX, como el siniestrado el domingo en Etiopía o el que se desplomó en octubre en Indonesia, no podrán volar hasta nueva orden en Estados Unidos. Tal y como había anticipado esta tarde el presidente Donald Trump, la Agencia Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) ha puesto en cuarentena al aparato estrella de Boeing mientras no haya nuevos avances en la investigación del accidente de Ethiopian Airlines. La prohibición afecta tanto a los 737-8 como a los 737-9 MAX.

La agencia estadounidense dice sostener su decisión en el «resultado del proceso de recopilación de datos y nuevas evidencias». El veto permanecerá en pie «hasta que se realicen investigaciones adicionales», lo que incluye el análisis de las cajas negras. Un equipo de la FAA está en Etiopía asistiendo a la NTSB como parte de la investigación del accidente.

Este es un revés definitivo al mayor fabricante de aviones del mundo. El modelo ya fue aparcado ayer, de modo temporal, en toda Europa, además de en la mayor parte de los países asiáticos, Australia y Sudamérica tras el siniestro del domingo, el segundo en cinco meses.

Canadá se ha sumado a la orden de cuarentena hace unas horas y restaba por hacerlo oficialmente Estados Unidos, país de origen de la propia Boeing. La empresa, que parecía retomar el pulso en Bolsa tras la pérdida de 24.000 millones de dólares de capitalización entre lunes y martes, vuelve a caer con fuerza tras las declaraciones del presidente Trump y la confirmación de la prohibición de la FAA.

A lo largo del día no parecían hacer mella ni la decisión del Gobierno canadiense ni la apertura del capítulo de reclamaciones por parte de las aerolíneas afectadas. La primera en anticipar que pedirá compensaciones por las paralizaciones ha sido la europea Norwegian, con 18 aparatos en tierra de un total de 163 aviones. «Esperamos que Boeing asuma la factura”, ha argumentado la empresa noruega en una declaración remitida por correo electrónico a la agencia Reuters.

La aerolínea, con creciente implantación en España, fue capaz de reaccionar a tiempo reemplazando los aparatos afectados y ninguno de sus vuelos en la red española de aeropuertos tuvo que ser cancelado. De hecho, Aena no ha registrado problemas en la jornada de hoy derivados de la crisis del Boeing 737 MAX 8.

Fuente: Cinco Días