España ocupa el puesto 16º en la clasificación de sostenibilidad energética, según el índice Trilema que elabora el Consejo Mundial de Energía (World Energy Council) en colaboración con Oliver Wyman y que ha sido presentado en el 24º Congreso Mundial que se acaba de celebrar en Abu Dabi. El ranking, que este año incluye 125 países y ofrece datos correspondientes de 2018, se ejecuta conforme a tres dimensiones fundamentales (la seguridad energética, la equidad —en el sentido de accesibilidad y asequibilidad— y la sostenibilidad medioambiental), lo que se denomina el Trilema de la Energíay sienta las bases de la transición energética.

España ha recibido la máxima calificación en las tres categorías (sobre cuatro posibles), con lo que se conforma como uno de los ocho países que tiene la triple A (AAA). No obstante, tiene por delante 11 países europeos (nueve de ellos de la UE), además de Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos e Israel, en una clasificación que encabezan Dinamarca, Suiza y Suecia.

España ocupa el 16º puesto en el índice mundial de sostenibilidad energética

Fuentes españolas se han mostrado satisfechas por la califciación, aunque subrayan que la situación obliga a esforzarse todavía más para seguir mejorando y escalar puestos en un ranking en el que de los 10 primeros, hay siete países de la UE. Hecho este, por otra parte, refleja que las iniciativas comunitarias en la materia han tenido sus frutos.

El Trilema persigue el equilibrio entre los tres parámetros citados, lo que implica la colaboración entre la iniciativa pública y privada, gobiernos y reguladores, factores económicos y sociales, recursos nacionales y preocupaciones ambientales, así como comportamientos individuales del consumidor. Mantener ese equilibrio para avanzar a sistemas descentralizados y descarbonizados es el desafío al que se enfrentan los países, sobre todo en tiempos en existen riesgos de pasividad y otras prioridades, según se ha destacado en la cumbre en clara referencia a las políticas proteccionistas de algunos países.

Ejes de actuación

España ha estado representada en este congreso por el secretario de Estado de la Energía, José Domínguez Abascal. Según este, el éxito pasa por un recorte drástico de las emisiones de gases de efecto invernadero “fundamentado en el empoderamiento de las energías renovables, que junto a los sistemas de almacenamiento y el hidrógeno, van a jugar un papel esencial en la transición energética”.

Asimismo, en materia de equidad y protección a los más vulnerables, ha destacado las actuaciones para promover políticas de la protección a colectivos con menos recursos. Cobran también vital importancia, en ese sentido, el fomento de la competitividad de la industria, así como las pymes, para los que los costes de la factura energética no supongan una barrera de cara a su competitividad internacional.

Abascal ha subrayado, en ese sentido, que España ha puesto en marcha un marco estratégico de energía y clima, compuesto por tres ejes fundamentales. Por un lado, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que debe ser aprobada por el Parlamento, estableciendo los principios de la descarbonización de la economía en el horizonte de 2030 y 2050. Por otro lado, está el Plan Nacional de Energía y Clima, documento que incluye las líneas de actuación y la senda para la transformación del sistema energético. Este plan prevé alcanzar un 42% de renovables en el uso de energía final, un 39% de mejora en la eficiencia energética y un 74% de energía eléctrica renovable para 2030.

Por último, la Estrategia de Transición Justa, que complementa los dos ejes anteriores garantizando un tratamiento equitativo y solidario a trabajadores y territorios afectados por la transición hacia una economía baja en carbono.

Dinamarca, Suiza y Suecia, en el podio

Dinamarca, Suiza y Suecia son los países que se suben al podio mundial de sostenibilidad energética, reconociendo sistemas así energéticos bien equilibrados. Dinamarca logra también la puntuación más alta en el capítulo de seguridad, seguida de Eslovenia y Canadá, y, según el índice “demuestran sistemas seguros, diversos y resistentes”.

La clasificación en equidad energética está encabezada por países más pequeños, donde la conectividad se gestiona bien, países donde la energía es asequible debido a las políticas gubernamentales: Qatar encabeza la lista, seguido por Luxemburgo, Bahrein y los Países Bajos.

El ranking de sostenibilidad ambiental, que identifica los países con baja intensidad de carbono y energía, resalta a los países con menos usuarios de energía per cápita, como Filipinas, Costa Rica y Uruguay.

Por regiones, el Trilema destaca a Uruguay (puesto 28 mundial) como primera de América Latina, mientras que en Oriente Medio, es Israel la que encabeza el ranking. En África subsahariana, es Islas Mauricio la que se desempeña mejor, y en Asia y el Pacífico, Nueva Zelanda es el líder. En el sur de Asia, India mejoró en cuatro lugares, y en Asia oriental, Japón y Hong Kong continúan liderando con un sólido desempeño en el ranking 30 y 34 respectivamente.

Las mejores evoluciones las han experimentado Oriente Medio, los Estados del Golfo (MEGS) y el norte de África, con Egipto, Israel y Bahrein subiendo con más de 10 puntos sobre 100. Esta refleja una serie de cambios en un suministro de electricidad más estable y diverso, ciertas políticas de sostenibilidad, comenzando a afectar el sistema energético y, lo que es más importante, la asequibilidad de la electricidad para la población ayudado por subsidios nacionales.

Fuente: El País