El organigrama del Banco Central Europeo inicia su renovación con España pujando por hacerse con la vicepresidencia. El Eurogrupo abrirá este lunes el proceso de presentación de candidaturas para el cargo, un puesto que desde el Gobierno de Mariano Rajoy se da por hecho que irá a parar a un español. Seis años después de que España perdiera su sillón en el comité ejecutivo del BCE rompiendo así la tradición de que los cuatro grandes cuenten con representación en el directorio, el ministro de Economía Luis de Guindos se baraja como la principal baza para suplir la salida del portugués Vitor Constancio, aunque el nombre del aspirante propuesto por Moncloa es todavía desconocido.

Aunque el calendario no está formalmente establecido, el plazo para que los pretendientes expresen su deseo de concurrir a la vicepresidencia expirará en unas dos semanas. Poco después, el 19 de febrero, el Eurogrupo prevé elegir al sustituto de Constancio, cuyo mandato expira el 31 de mayo. La elección de un candidato español vendría a paliar la infrarrepresentación en las instituciones, donde el fiasco de la candidatura de Guindos al Eurogrupo en 2015 supuso un importante varapalo para España, cuya representación institucional en los principales puestos comunitarios no se corresponde ni con el tamaño de su economía —la cuarta de la zona euro, quinta de la UE—, ni con su población —es el quinto país más poblado de los Veintiocho—.

Esa anómala falta de influencia tiene el reverso de la moneda en países como Italia, y sobre todo en la vecina Portugal, que en el pasado reciente se ha hecho con cargos como la presidencia de la Comisión Europea, y ahora cuenta con la secretaría general de la ONU, un puesto en el BCE y la presidencia del Eurogrupo.

Si De Guindos se confirma como apuesta española, y a falta de conocer a los rivales, solo hay en apariencia tres obstáculos que pueden poner en entredicho su ascenso a la cúpula del BCE: el recelo por su perfil político en una institución que presume de independencia. También juega en su contra a insistencia mostrada por la Eurocámara para que entre la terna de postulantes haya mujeres en nombre de una mayor igualdad de género, si bien parece poco probable que una mujer obtenga uno de los dos principales puestos en una institución dominada por hombres. Y por último, que los dos nombres con más posibilidades para suceder a Draghi sean el alemán Jens Weidmann y el francés François Villeroy de Galhau, hace que vaya contra el juego de equilibrios que dos países grandes copen las sillas principales.

El adiós de Vitor Constancio al BCE irá seguido el próximo año por la marcha de la supervisora del banco, la francesa Daniele Nouy; el economista jefe, el belga Peter Praet; el propio Mario Draghi, y el miembro del consejo de gobierno Benoit Coeure, francés.

Fuente: El País