Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y Banco Santander están levantando un mayor margen de seguridad en sus balances. Los riesgos de una desaceleración económica y la volatilidad política española significan que el par, escasamente capitalizado, aún tiene cosas por hacer.

BBVA, con un valor de 34.000 millones de euros, y Santander, con 67.000 millones de euros, obtienen constantemente beneficios que avergüenzan a sus homólogos europeos menos rentables.

Los resultados de 2018 del grupo con sede en Bilbao revelaron el viernes un rendimiento del 12,5% sobre los fondos propios tangibles. La cifra equivalente de Santander, publicada el miércoles, fue del 11,7%. Ambos salvan cómodamente un probable coste de capital de alrededor del 10%, así como el rendimiento promedio de los bancos europeos del año pasado, el 8,3%, utilizando las estimaciones de Citi.

Esto hace que las relativamente monótonas valoraciones de la pareja sean aún más llamativas. Santander, que recientemente ha cometido una chapuza con la contratación fallida del exbanquero de UBS Andrea Orcel como consejero delegado, cotiza un poco por debajo de su valor contable tangible. Y la valoración de BBVA, por debajo de 0,9 veces el valor contable, sería más adecuada para un banco que no cumpliera con su objetivo de rentabilidad.

Sus bajas posiciones de capital son en parte responsables. Ambos tienen una ratio de capital común Tier 1 del 11,3%. Es más habitual que esta medida del capital regulatorio, estrechamente vigilada, supere el 12% en los bancos europeos.

BBVA y Santander podrían justificarlo con la diversificación global de sus operaciones –en México y Brasil, respectivamente–. Pero eso también significa que los inversores tienen que vigilar nerviosamente la medida cada trimestre: si cae demasiado, los payouts futuros podrían estar en riesgo.

El mensaje puede que esté surtiendo efecto. El viernes, BBVA elevó su objetivo de CET1 a entre el 11,5% y el 12%, mientras que el extremo superior del objetivo del banco presidido por Ana Botín es el 12% –el inferior es el 11%–.

Puede que esto no sea suficiente, dados los crecientes riesgos económicos y políticos. Las relaciones entre Madrid y Cataluña siguen siendo tensas, mientras que el Banco de España prevé un crecimiento económico del 2,2% este año, frente al 2,5% de 2018.

Mientras tanto, la reforma de la ley hipotecaria prevé trasladar la responsabilidad de algunos de los costes hipotecarios auxiliares a los bancos en lugar de a los clientes. Es posible que el viaje de capital de Santander y BBVA no haya hecho más que empezar.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días