El sector turístico español va a sufrir un frenazo en 2018 por la recuperación de otros destinos, como Egipto, Turquía y Túnez, y su contribución al crecimiento del PIB se va reducir a menos de la mitad. Son las principales conclusiones de un informe del banco suizo UBS publicado hoy que añade que el mercado inmobiliario, que está viviendo una “recuperación desigual” también se verá afectado por la desaceleración turística, con un enfriamiento de los precios en el centro de las ciudades y los destinos costeros más demandados.

Firmado por Roberto Scholtes Ruiz, responsable de inversiones en España de UBS, el informe se titula España: un boom turístico que se desvanece (Spain: A fading tourism boom, en inglés). En sus apenas cuatro páginas, dibuja un panorama un tanto sombrío del sector turístico español, que representa un 11,5% del PIB, ante la recuperación de Turquía, Egipto y Túnez, donde el número de turistas extranjeros aumentó en 2017 a un ritmo combinado del 31%. En 2016, el turismo en los tres países desplomó por la amenaza terrorista y la inestabilidad política. De los 17,4 millones de turistas que perdieron estos países entre 2014 y 2015, España se llevó la mitad, dice el informe citando datos del lobby turístico Exceltur, que lleva tiempo alertando de que el “turismo prestado” a España por estos destinos tarde o temprano volvería a ellos.

UBS cuantifica ese éxodo: Turquía, Egipto y Túnez recuperarán ocho millones de turistas este año y otros ocho en 2019, fundamentalmente a expensas de España y, en menor medida, Portugal. La recuperación de Grecia también restará un puñado de visitantes a España, dice el informe. Así, predice UBS, el número de turistas extranjeros en España, que creció un 10,5% en 2016 y un 8,6% en 2017, frenará al 5,2% en 2018 y al 4,1% en 2019. Con ello, el PIB turístico decelerará del 4,4% de 2017 al 3,2% este año y al 2,7% el que viene, “apenas una pizca por encima de la tasa de crecimiento del PIB general”, que sitúan en el 2,8% y el 2,3%, respectivamente.

Por ello, si el turismo fue motor del crecimiento económico y aportó cerca de cuatro décimas al crecimiento del PIB en 2016 y 2017 (3,1%), en 2018 apenas aportará algo más de una a un crecimiento ya de por sí ralentizado por el agotamiento de los vientos de cola que han impulsado la economía española en los últimos años (política expansiva del BCE, debilidad del euro, bajos precios del petróleo…). Y en 2019 no llegaría ni a una décima, según el pronóstico de UBS.

Ese frenazo tendrá su reflejo en el mercado inmobiliario, sostiene UBS. En los últimos años, el sector ha experimentado una recuperación desigual, muy vigorosa en el centro de ciudades como Madrid o Barcelona, la costa mediterránea o los archipiélagos, donde la demanda supera la oferta, y menor en los puntos costeros secundarios o el interior del país. Esa tendencia se ha visto “exacerbada” por el boom turístico, por la creciente demanda de alojamiento en esos mismos destinos. El parón turístico, afirma, así como una más severa regulación del alquiler turístico “enfriará” el aumento de precios en las zonas de mayor demanda, aunque la recuperación seguirá siendo desigual.

Fuente: El País