Los ganaderos productores de leche de vaca, oveja y cabra se hallan en retirada, según se desprende de los datos del Fondo Español de Garantía Agraria. Frente a los 24.567 ganaderos que entregaron materia prima a las industrias a principios de 2017, en noviembre lo hicieron 22.747, 1.820 (un 7%) menos, lo que supone el cierre de cinco granjas productoras de leche al día. La falta de relevo generacional por la escasa rentabilidad de las explotaciones está detrás del descenso. El abandono del pastoreo por falta de incentivos constituye uno de los problemas más graves para el medio rural y el territorio en su conjunto puesto que contribuye a que haya más incendios y a la no utilización de los recursos naturales frente a la masiva importación de materias primas.
En el caso de la leche de vaca, el cese de actividad se ha centrado en las pequeñas explotaciones, sobre todo en Galicia, donde se concentra la mitad de los cierres. Unións Agrarias lo achaca a que los bajos precios de la leche (32-33 céntimos el litro, frente a 36-37 de media en la UE) reducen la rentabilidad, pese a que este año bajó el precio del pienso por la baja cotización de los cereales.
Según Román Santalla, responsable ganadero de UPA, esta situación da lugar a que los jóvenes no se incorporen a la actividad, que además requiere elevadas inversiones, y a que surjan explotaciones fuera de las zonas tradicionalmente productoras.
Ahora que se están renovando contratos en el segmento de la leche de vaca, los ganaderos denuncian la posición de la multinacional francesa Lactalis (Puleva, Lauki, President…), que lidera el sector con una cuota del 20%, de estar conteniendo las subidas de precios en sus contratos y, por su gran peso, en todo el sector, que ha pasado de unas 17.000 explotaciones en 2015 a las 15.300 actuales, mientras la producción aumentó de 6,5 a siete millones de toneladas.
Oveja y cabra
El sector de la leche de oveja es el que está sufriendo más la crisis de precios. Las industrias alegan un aumento de la oferta que los ganaderos niegan. El caso es que los precios, que llegaron superar el euro por litro, actualmente se hallan entre los 75 y los 80 céntimos, lo que está provocando protestas en las principales zonas productoras como Castilla y León, Extremadura o Castilla-La Mancha. Las explotaciones han bajado en el último año, según datos provisionales, de 4.087 a 3.386. Casi la mitad de los cierres se produjo en Castilla y León.
Finalmente, en el sector del caprino, la reducción de explotaciones es menor. Se pasó de 5.524 a 5.150, mientras que los precios medios se han mantenido más estables, entre los 62 y los 70 céntimos litro gracias, sobre todo, al auge en la venta de queso de cabra y de la exportación.
Fuente: El País