La industria de máquina-herramienta vive su momento más dulce. Con el cierre definitivo de los datos de 2017, el sector registra los mejores datos en ventas de su historia. Durante el ejercicio anterior, el volumen global de facturación creció un 12,96 % al contabilizar 1.690,69 millones.

Esa evolución responde en gran parte a la buena marcha del subsector de deformación, que registró un incremento del negocio del 47,76 %. Los pedidos acumulados en 2016 comenzaron a facturarse en 2017 por el periodo de maduración de estos proyectos (de hasta 18 meses).

El empleo de esta industria, uno de los más estables y mejor pagados del área fabril, también creció por los datos anteriores, en este caso un 4,1 %. Las exportaciones jugaron a favor del sector y aumentaron un 4,10 % hasta otra cifra de récord, al superar el nivel de los 1.230 millones. El negocio exterior es clave para el sector, porque logra en otros países hasta el 72,95 % de sus ingresos.

La lista de los principales clientes en el mundo sigue encabezada por Alemania (el 14,4 % de las exportaciones), con China ya en el segundo puesto (9,9 %). El buen momento de la economía de México se nota en que concentra el 9,8 % de los pedidos de máquina-herramienta. La clasificación de los cinco primeros destinos internacionales para estos equipos continúa por Estados Unidos e Italia.

Antxon López Usoz, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Máquinas-Herramienta (AFM), ha destacado asimismo el buen comportamiento de mercados como Canadá, Brasil y Rusia, aunque ha matizado que estos dos últimos «están lejos» de los niveles que alcanzaron durante el bienio 2013-2014.

España también se mantiene como un buen cliente de máquina-herramienta, con un incremento de la demanda del 24,43 %. Desde AFM, cuyo director general es Xabier Ortueta, consideran que el mercado interior todavía puede crecer hasta un 30 %. Desde la asociación reclaman incentivos públicos a la inversión en equipos industriales, tipo «Plan Renove» o como el caso de Italia, que permite exenciones fiscales. La transición a la «Industria 4.0» obligará a muchas fábricas a una completa renovación de sus instalaciones.

Sobre 2018, AFM prevé una estabilización de las ventas en torno a los niveles del ejercicio anterior, en medio de «un escenario estable y favorable a la inversión».

Fuente: Cinco Días