El desplome de Wall Street está poniendo muy nervioso a Donald Trump, que no hace ni tres meses se apuntaba como mérito propio la remontada más larga de la historia del parqué neoyorquino. La ansiedad del presidente llegó hasta el punto de que el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, entró en contacto durante el fin de semana con los principales ejecutivos de los grandes bancos de Estados Unidos para tratar de contener la negatividad que ha lastrado a los principales índices en las últimas sesiones. La Bolsa estadounidense cerró el viernes su peor semana desde la Gran Crisis.

“Todos confirmaron que hay amplia liquidez disponible para prestar a los mercados de consumidores y empresas”, afirma el responsable de la cartera del Tesoro en una nota de prensa. Mnuchin ha hablado, en concreto con Jamie Dimon, consejero delegado de JPMorgan Chase; Brian Moynihan, de Bank of America; Michael Corbat, de Citigroup; Tim Sloan, de Wells Fargo; David Solomon, de Goldman Sachs; y Jamie Gorman, de Morgan Stanley. La plana mayor de las finanzas estadounidenses.

Coincidieron, según Mnuchin, en que la economía crece con “solidez”. El objetivo de esta maniobra es animar a los inversores en la recta final de año tras la fuerte corrección de las últimas semanas. El S&P 500 ha visto evaporarse el 18% de su valor desde el máximo anual y el Nasdaq está ya en la zona de mercado bajista. El secretario del Tesoro hablará este lunes con los responsables de las agencias y organismos que regulan el sistema financiero.

El presidente atribuye esta tensión al alza de tipos de interés. En plena furia, Steven Mnuchin tuvo que salir también a la palestra este sábado para desmentir que Trump se esté planteando despedir a Jerome Powell al frente de la Reserva Federal (el banco central estadounidense), como se había especulado en los últimos días. El republicano llegó a decir incluso que la Fed estaba “loca” y horas antes de empezar su última reunión, el martes y miércoles de la semana pasada, pidió expresamente que se fijara en el “sentimiento” del mercado.

El mensaje de confianza que trata de mandar Mnuchin entra en contradicción con la retórica del presidente. Powell justificó la retirada de los estímulos como una necesidad para evitar un recalentamiento de la economía que obligue a ser más agresivos en el proceso de normalización. La Fed admite, en cualquier caso, que hay “corrientes contrapuestas” que le invitan a estar vigilante y por eso que actuará en base a los datos, no por presión política.

Los mercados abrirán este lunes, aunque operarán solo media jornada en víspera de la Navidad. Los futuros indicaban una ligera caída en el momento de publicarse el comunicado firmado por Mnuchin. La nota también hace referencia al cierre parcial de la Administración por el choque político derivado de la financiación del muro con México, una situación que podría durar varios días. El secretario del Tesoro asegura que el personal esencial seguirá trabajando.

Fuente: El País