La unión tiene como escenario de fondo la caída constante en los últimos años del precio de los fertilizantes inorgánicos. Por ejemplo, la tonelada de potasa se pagaba en 2008 a 900 dólares estadounidenses. El exceso de producción conjugado con una débil demanda hizo que bajara unos años después a 400 dólares. El pasado enero esa misma tonelada de potasa alcanzaba los 240 dólares. Esto explica que las compañías del sector se estén concentrando para reducir sus costes operativos. “Puedes sentarte y esperar a ver si la tormenta pasa o no a tu alrededor, o ver cómo puedes ser más competitivo en este entorno”, aseguraba Jochen Tilk, consejero delegado de Potash Corp, pocos días después del anuncio de la alianza. Nutrien ejemplifica la tendencia de integraciones que recorre la esfera de los insumos agrícolas. Sucedió el año pasado con ChemChina y Syngenta, al igual que puede ocurrir con Bayer y Monsanto si finalmente recibe todas las autorizaciones.

El rey canadiense del fertilizante

Ben Isaacson, analista de la industria de los fertilizantes en Scotia Capital, considera que el movimiento puede representar un ahorro para ambas compañías por valor de unos 500 millones de dólares estadounidenses (407 millones de euros). “En este momento, la responsabilidad del equipo de integración es demostrar realmente que el riesgo a corto plazo [de la fusión] es manejable”, comentó Isaacson.

La sede de Nutrien está en la ciudad canadiense de Saskatoon y tiene una producción de 25 millones de toneladas. Es la primera compañía a nivel mundial en potasa y la tercera en nitrógeno y fosfato, con 20.000 empleados y operaciones en 14 países (que engloban minas, plantas y centros de distribución). “Nutrien se distingue de la competencia por su producción de estos tres nutrientes y por ofrecer otros insumos para el campo a escala global. Tenemos semillas, productos de protección como lo son los herbicidas, los fungicidas y los insecticidas, además de brindar otros servicios y soluciones para que los agricultores maximicen sus cosechas”, señala Richard Downey, vicepresidente de relaciones corporativas y de inversión.

El anuncio de la fusión de PotashCorp y Agrium se produjo en septiembre de 2016. Meses después, el proyecto recibió el visto bueno de las autoridades regulatorias de Canadá, Brasil, China, India y Rusia. Finalmente, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC por sus siglas en inglés), dio luz verde a la operación el pasado 27 de diciembre, condicionándola a la venta de dos plantas de producción en suelo estadounidense.

Los analistas estiman que la operación, valorada en 29.300 millones, ahorrará 500

Pese a haber logrado superar los obstáculos de competencia, los consumidores no tienen motivos para sonreír. En declaraciones a CBC News, Sylvain Charlebois, profesor en la Escuela de negocios de la Universidad Dalhousie, señaló que históricamente este tipo de fusiones aboca a un aumento de los precios. De hecho, varios de ellos han comentado su preocupación en diversos medios canadienses. Richard Downey responde al respecto que, tras varios análisis, llegaron a la conclusión que “la fusión no tendrá un impacto en el balance entre oferta y demanda. Es un mercado muy competitivo a nivel global”. Algo que se contradice con lo que aseguran en su web sobre un posible aumento de precios para invitar a los accionistas a apostar por la compañía.

PotashCorp fue fundada en 1975 por el Gobierno de Saskatchewan debido a la gran capacidad de esta provincia canadiense para obtener minerales necesarios para abono, nutrición animal y otros usos industriales. La compañía fue privatizada en 1989. Por su parte, Agrium, también en el mercado de nitrógeno, potasa y fosfato, nació en la provincia de Alberta en 1931 bajo el nombre de Cominco Fertilizers y cambió de denominación en 1995. A lo largo de los años creó una sólida red de distribución en varios continentes.

Equilibrio de accionistas

Como resultado de la fusión, los accionistas de PotashCorp obtuvieron el 52% de la participación en Nutrien y los de Agrium el 48% restante. Downey destaca que, aunque venden en gran parte del globo, tienen mucha presencia comercial en Norteamérica y “gran interés” por aumentar su actividad en países con grandes extensiones de cultivo, “como Brasil y Australia”. Nutrien cotiza desde principios de enero en las bolsas de Toronto y Nueva York. “Deseamos continuar ofreciendo soluciones para la agricultura global teniendo en cuenta el impacto medioambiental”, agrega Downey.

Fuente: El País