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La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) vuelve a subir los tipos de interés justo en el estreno de Jerome Powell al frente del banco central. El precio del dinero queda así en una banda entre el 1,5% y el 1,75%, tras el sexto incremento de un cuarto de punto que lleva a cabo la institución monetaria. En paralelo sigue el proceso de reducción de activos que tiene en balance. La mayoría de los miembros de la Fed ven posibles al menos dos subidas más este año y otras tres en 2019 para responder al efecto del estímulo fiscal y del gasto público en la economía.

La primera reunión de Powell como presidente estuvo precedida de varias semanas de volatilidad en los mercados, que se muestran muy sensibles ante cualquier dato económico o evento político que crea incertidumbre. Es una situación con contrasta con la tranquilidad y la tendencia alcista imparable que permitió a Janet Yellen, la antecesora de Powell, seguir adelante sin sobresaltos con el proceso de normalización que se inició en diciembre de 2015.

La última vez que la Fed subió tipos fue en diciembre pasado, justo cuando se aprobaba la rebaja de impuestos. El consenso de mercado ya anticipaba entonces que el banco central adoptaría una estrategia más agresiva al retirar los estímulos monetarios, preservando el principio de un incremento gradual. Ahora la encuesta interna muestra que se revisan al alza las expectativas de incremento de tipos a largo plazo.

Los riesgos para la economía, asegura la Fed, están “equilibrados”. En su análisis de la coyuntura certifica que la expansión se «ha reforzado». La proyección que da ahora es de un crecimiento del 2,7% este año, dos décimas más alto, y del 2,4% para 2019, tres más de lo que anticipó en diciembre. La tasa de paro rondará el 3,8% y el 3,6% respectivamente. La perspectiva para la inflación es que “siga subiendo” durante los próximos meses y cierre el año en el 1,9%, para de ahí subir al 2% en 2019.

La Fed vigila el pulso proteccionista de Trump

S. P.

La política comercial del presidente Donald Trump se coló en las discusiones de la Reserva Federal. “Varios miembros plantearon la cuestión”, comentó Jerome Powell a pregunta de los periodistas sobre el arancel recién anunciado a las importaciones de acero y aluminio. Explicó que a corto plazo no espera que estas medidas proteccionistas puedan tener un efecto en las perspectivas económicas que maneja.

El presidente de la Fed sí señaló que varios miembros del comité comentaron de que la política comercial “preocupa” cada vez más a los líderes empresariales por todo el país. William Dudley, presidente de la Fed de Nueva York, sí dijo públicamente cuando se anunció el arancel que levantar barreras comerciales puede dañar a la economía y al empleo si los socios responden con medidas de retorsión.

EE UU está negociando exclusiones con los diferentes países, un proceso que llevará algunas semanas. Trump se dispone en paralelo a activar medidas contra China. Robert Fighthizer, representante de Comercio, dijo este miércoles ante el Congreso que van a responder de la manera apropiada a los “competidores hostiles”, aunque precisó que no está interesado en abrir guerras comerciales. “No son buenas”, admitió.

El tono, por tanto, es ligeramente más optimista sobre el rendimiento general de la economía. Powell, que fue gobernador durante cinco años, reitera su compromiso con el curso gradual marcado por Yellen. «Es un paso más en el proceso», insistió en la rueda de prensa. Pero los analistas de los grandes bancos creen que los estímulos fiscales, combinados con el incremento del gasto público y las medidas proteccionistas, pueden dar un impulso a la inflación.

Tipo a largo plazo

Eso meterá más presión a la Fed para acelerar el ritmo de la retirada de estímulos. La encuesta interna indica en este sentido que no solo es posible que pueda haber más subidas de tipos de las previstas en 2018, también en 2019, y eso provocará que en el largo plazo se coloque en el 3,4% tras dos incrementos en 2020. Es tres décimas más de lo que se proyectó hace tres meses. Incluso los miembros más favorables a ser más flexibles con la inflación parecen estar de acuerdo.

Al subir tipos en su primera reunión, Powell despliega las alas y reafirma que hay nuevas reglas en la Fed. Pero al tiempo que no quiere dejar bajos los tipos más tiempo del necesario para evitar recalentar la economía, debe también calibrar la estrategia para llevar la inflación hacia el objetivo del 2%. «Tratamos de encontrar una vía intermedia», explicó. Se especula con que la Fed podría celebrar más ruedas de prensa para comunicar su estrategia.

La Fed inició el proceso de normalización en diciembre de 2015 tras siete años con los tipos estancados en el 0% para apoyar la economía tras la Gran Recesión. Al año procedió el segundo incremento, al que siguieron tres en 2017. El banco central llegó a acumular en paralelo 4,5 billones de activos en su balance, que ha reducido en 70.000 millones desde octubre. Antes de la crisis no llegaban al billón.

Mercado de bonos

Hay un reto adicional con el que no tuvo que lidiar su predecesora. La combinación de un alza del déficit público y la reducción del balance de la Fed puede provocar que se inunde el mercado de deuda. Eso explica en gran medida que el tipo de los bonos a 10 años estén en el 2,9%. Al banco central no le interesa que superen la barrera del 3%, lo que obligará a Powell a hilar muy fino.

Pese a los seis incrementos en el precio del dinero, los ahorradores no se beneficiaron de la nueva realidad monetaria en EE UU. Los tipos de interés que se aplican a los depósitos siguen prácticamente estancados. Powell ya dijo en su comparecencia ante el Congreso hace tres semanas que es un proceso que generalmente va con retraso. Eso podría empezar a cambiar superada la barrera del 1,5%.

Fuente: El País