Las espadas están en alto. Mañana el consejo de Dia y Letterone, su primer accionista, desgranarán ante los accionistas cada uno de sus planes para sacar a la compañía de la causa de disolución en la que entró el pasado diciembre. También dirimirán qué hoja de ruta consideran la más óptima para rescatar a la compañía. O la ampliación de capital por 600 millones asegurada por Morgan Stanley propuesta por el consejo. O la de 500 millones respaldada por el fondo pilotado por el magnate ruso Mijail Fridman y que está condicionada a que un 35,5% de los accionistas restantes acudan a la opa y a que consiga un pacto con la banca.

 Sin embargo, fuentes del mercado indican que Fridman se saldrá con la suya en la cumbre. Controla un 29% de las acciones, lo que prácticamente supone el poder de veto a cualquier decisión. Los estatus de la empresa establecen que cualquier punto del orden del día debe ser apoyado por la mitad más uno de los asistentes.

Teniendo en cuenta que la media de asistencia a las juntas está en el entorno del 60%, en caso de que mañana acuda ese porcentaje de nuevo, el inversor ruso tan solo debe sumar un 1% adicional del capital en su votación para que sus planes salgan adelante. Fuentes conocedoras de la situación anticipan, eso sí, que lo previsible es que la asistencia se dispare en esta ocasión.

El ‘free float’ del 44% será decisivo con las participaciones de Lyxor o Invesco

La decisión de Goldman Sachs, el banco que asesora a Letterone, es de no votar ni delegar los derechos políticos del 4,387% que controla. Esto allana el camino de Fridman. Cuanto menos capital esté representado, más sencillo le será al inversor ruso hacer valer su 29% del capital.

También facilitarán el camino, aunque sin pretenderlo, los accionistas minoritarios más activos. Tanto la sindicatura encabezada por el empresario canario Pedro Gómez-Pablos, con un 3,41%, como la asociación que dice representar al 5% del capital votarán no al plan del consejo. De ser así será casi imponible su aprobación.

Los argumentos de ambos grupos están en la fuerte dilución que entraña la ampliación defendida por la empresa. En el orden del día la cúpula pilotada por Borja de la Cierva insta a reducir capital hasta 0,01 euros por acción. Lo que en un principio serviría para minorar los fondos propios negativos, en una operación acordeón, es una de las condiciones que impuso Morgan Stanley para preasegurar la operación, según desveló Cinco Días y confirmó la semana pasada la propia compañía. Si la ampliación se hiciera a ese precio serían necesarios 60.000 millones de acciones nuevas. En caso de no acudir, con casi un euro por título, la dilución de los accionistas actuales sería del 99%.

No obstante, ambos grupos de minoritarios también han anunciado su rechazo al plan de Fridman. Está por ver el papel que ejercerá Credit Suisse, que tiene un 2,25%.Está por ver también el papel que jugará el 44% del capital flotante restante, que son los que tienen de verdad el papel decisivo en este momento. Según los datos más actualizados por Bloomberg, las principales posiciones corresponden a Invesco, Lyxor, Deutsche Bank, uno de los bancos acreedores, y Allianz. Por el momento, la acción cerró ayer a 0,58 euros, un 13% por debajo de los 0,67 que oferta Letterone.

Fuente: El País